Una lluvia de Estrellas Negras en el Ciudad de la Educación ciega a Corea del Sur (2-3)
Como en el inicio de una noche de lluvia de estrellas cualquiera, la calma imperó durante los primeros minutos en el estadio Ciudad de La educación de Doha. Corea del Sur disfrutaba de la velada con el balón en su posesión y el rival encerrado en su área, sin dar señas de contar con capacidad para responder.
El combinado asiático, en vista de la tranquilidad que se respiraba, plantó la manta en suelo ghanés, sacó la cesta del picnic y se relajó con la esperanza de poder abrir el marcador en algún momento. Los africanos se defendían bien, pero seguro que en alguna incursión dejaban un hueco libre.
Los hombres de Paulo Bento no eran conscientes de lo que se les venía encima. El fenómeno astronómico se desató sin previo aviso y no era lo que los surcoreanos esperaban. Las ‘Estrellas Negras’ comenzaron a llover en el terreno de juego a discreción y quemaban como el fuego.
En una de esas ráfagas, Jordan Ayew botó una falta con precisión al área pequeña de los ‘Tigres de Asia’ y, en medio de todo el barullo, Mohammed Salisu remachó el balón para poner el 0-1 en el marcador.
También por aire llegó el servicio del pequeño de los hijos de Abédi Pelé para que Kudus introdujese el 0-2 en el fondo de las mallas. Corea del Sur había ido equipada para una caída de perseidas y se había visto inmiscuida en un chaparrón celestial que le estaba afectando a la visión.
Por suerte, les quedó suficiente vista a los asiáticos para enfilar el túnel de vestuarios, donde recogieron sus artilugios de mejor calidad. Con ellos, y con Kang-in Lee, afrontaron la segunda mitad. El jugador del Mallorca, tocado con el don de la clarividencia, despejó la zona afectada por la lluvia de ‘Estrellas Negras’ e hizo funcionar a su equipo.
Con esa nueva dinámica llegaron dos goles que igualaron la contienda. Como todo lo relevante llegaba desde el cielo catarí, Gue-sung Cho, con sendos testarazos soberbios, perforó la meta de Ghana. Parecía que la energía estelar de los ‘Blackstars’ de iba apagando.
Sin embargo, en un último fogonazo de su estrella más brillante, Kudus, los africanos recuperaron una ventaja que sirvió para apagar la luz a Corea del Sur. El telón de este magnífico acontecimiento cósmico se cerró con los ‘Tigres de Asia’ tratando de recuperar la vista desesperadamente, pero sin la suerte necesaria para lograrlo.
Iñaki Williams, tocado por una varita
El jugador del Athletic Club es indiscutible en los planes de su entrenador desde que obtuvo la nacionalidad con Ghana. Aunque le está faltando la puntería para estrenarse como goleador en el Mundial, estuvo presente en el gol del triunfo africano.
La fortuna le sonríe, ya que un fallo estrepitoso suyo sirvió para distraer a toda la defensa de Corea del Sur y dejar solo a un Kudus que no perdonó convirtiendo el definitivo 2-3. Por tanto, sin realizar su mejor actuación, Williams fue importante igualmente.
Jugador Flashscore del partido: Mohammed Kudus
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