Un paseo por las fábricas que elaboran la antorcha de los JJ.OO. de París
La llama olímpica atravesará 64 departamentos de Francia, cuya capital albergará los Juegos Olímpicos. La antorcha que la sostendrá comenzó a fabricarse el viernes en Vire (Normandía) haciendo gala del savoir-faire industrial galo.
Una media docena de fábricas en diferentes regiones han contribuido a su realización, para apenas 2.000 ejemplares.
En forma de larga llama estilizada, el objeto de 70 centímetros de alto, concebido por el diseñador Mathieu Lehanneur, está compuesto por dos tubos de acero acampanados, simétricamente ensamblados el uno con el otro por su parte más ancha.
"Es un objeto bastante tecnológico con imposiciones enormes en la parte superior. No debe haber fuga de gas ni dispersión de la llama, la llama no puede apagarse si llueve o si hay viento y, por otra parte, hemos querido que sea en el acero más descarbonizado posible", detalla Eric Niedziela, presidente del grupo siderúrgico ArcelorMittal y responsable del conjunto del proyecto de fabricación de la antorcha.
En el metal, para que esté descarbonizado, nada mejor que sea reciclado. El acero nuevo es un emisor potente de CO2 debido al carbón utilizado para desoxidar el mineral de hierro.
Chapas de coches y lavadoras
Cerca de cinco toneladas de desechos de chatarra, chapas de coches o de lavadoras fueron fundidas el pasado verano en un horno eléctrico en Châteauneuf, en la región del Loira, explica Franck Wasilewski, jefe del proyecto 'Antorcha' en ArcelorMittal.
El acero obtenido fue laminado en Florange, en Moselle, donde aún trabajan 2.000 empleados en la siderurgia, incluso después del cierre de los altos hornos en 2012.
La larga y fina lengua de acero de 0,7 milímetros de grosor salida de los laminadores es cortada en placas de tres metros por 1,5 en una tercera fábrica de la siderúrgica, en Woippy.
Y de la industria pesada a las artes más refinadas: las placas son llevadas a Normandía, a la fábrica Guy Degrenne de Vire, que normalmente se dedica a la fabricación de cubiertos y vajillas de acero inoxidable.
Los obreros comienzan por embutir las placas trapezoidales, que toman la forma de un medio tubo. Un láser talla los bordes y traza el logo de los Juegos Olímpicos. La siguiente etapa es la soldadura para engastar el tubo.
"Se suelda con láser a 5/100 de milímetro, muy preciso, del orden de un cabello", ilustra Nicolas Dessoude, el director de la fábrica. El reto es seguir el contorno de la antorcha sin dilatar la hoja de metal. Un ingeniero dedicó "cuatro meses" para definir los parámetros complejos de esa soldadura.
Limpiable, recargable
La siguiente etapa es el moldeado con una herramienta concebida especialmente para ondular el metal como una ola.
"Estamos muy orgullosos", comenta Raynald, operador de 54 años que lleva 34 trabajando en Guy Degrenne.
En Ferrières-en-Brie y Saint-Quentin-Fallavier, las mitades de la antorcha reciben un tratamiento de superficie que les dotará de un aspecto satinado en la parte superior, pulido con efecto espejado en la parte inferior. Sigue un revestimiento de alta tecnología utilizado en el sector del lujo o en la industria espacial.
Y regreso a Vire para el ensamblaje final: los dos cuerpos de la antorcha son ensamblados y el quemador se integra en el interior, antes de ser almacenados en una empresa cuya localización permanece en secreto.
La antorcha 2024 es por primera vez reutilizable, limpiable, recargable con gas y capaz de asegurar una decena de etapas sucesivas, algo simbólico para unos Juegos que quieren trasladar una idea de sobriedad.
Durante los precedentes Juegos Olímpicos se fabricaron más de 10.000 antorchas, según Delphine Moulin, directora de celebraciones del evento. Este año, "2.000 ejemplares" bastarán "para los 11.000 porteadores que se relevarán entre el enclave griego de Olimpia y París a partir del 16 de abril".
La llama y sus antorchas desembarcarán en Francia el 8 de mayo en Marsella.