El domingo arrancaba con el equipo europeo por delante en la Laver Cup, pero la ventaja se diluyó durante la tarde con la victoria, en dos sets, del canadiense Félix Auger-Aliassime contra el serbio Novak Djokovic. Este último estuvo cerca de forzar el tercero, pero no se le dio nada bien el tie break (3-7). La falta de ritmo, provocada por negarse a ponerse la vacuna contra la COVID-19, acabó condenándole.
Tsitsipas sabía de la importancia del encuentro y empezó imponiendo su juego. 21 minutos le bastaron para poner el 1-0 en el marcador. No dio ninguna opción a Frances Tiafoe, que se reservó para buscar su oportunidad más adelante. El primer set, que acabó en 6-1, estuvo marcado por el gran acierto del griego, especialmente en los servicios y desde el saque (cuatro aces en total). Con 2-1 a favor, el americano perdió el servicio y se abrió una brecha que se convirtió en definitiva tras el 5-1.
Nada que ver lo que ocurrió en la segunda manga, igualadísima hasta el final. Tanto Tsitsipas como Tiafoe hicieron bueno el saque y tan solo hubo dos juegos a los que se llegó con 40-40. Pese a la igualdad, fue un set que se jugó con ritmo y transcurrió rápido (hasta el tie break). La dinámica cambió precisamente a partir de entonces, tras el 6-6, ya que ambos tenistas perdieron el servicio hasta en once ocasiones entre ambos.
Con muchísimo suspense (11-12), el estadounidense se encargó de llevarlo hacia su terreno. El griego tuvo cuatro bolas de partido y no pudo sellar el triunfo. No mucho más acertado estuvo su oponente, ya que se colocó 6-7 y 7-8. Resistió hasta el final y alargó el partido hasta el "superdesempate", como lo llama la Fundéu, cuando Frances Tiafoe dio continuidad a lo hecho minutos atrás (8-10) y dejó a Europa (compuesto, entre otros, por Nadal y Federer) sin la Laver Cup.
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