Por un lado, Ugo Humbert, ganador de sus seis primeras finales en el circuito ATP, que aspiraba a un pleno al siete totalmente inédito en el circuito profesional masculino. Por el otro, Arthur Fils, que jugaba a un gran nivel pero tenía algunas dudas sobre su estado físico. Así pues, el favorito estaba claro, pero aún quedaba mucho suspense para la segunda final francofrancesa de la historia del ATP 500 de Tokio.
El duelo fue una auténtica batalla. Durante tres horas, los dos se batieron en duelo y asumieron enormes riesgos. Esto se tradujo en no menos de 101 errores no forzados (por 'sólo' 72 ganadores) en un escenario absolutamente hitchcockiano.
Y es que Humbert tenía el partido en sus manos. El francés dio su primer acelerón decisivo justo cuando su rival sacaba para ir al tiebreak en la manga inaugural. Fue un duro golpe para Fils, agotado por sus batallas anteriores, pero que demostró una increíble capacidad de recuperación. En primer lugar, salvó tres puntos de ruptura cruciales en el 4-3 en el segundo set, y después se sacó de la manga un passing shot monstruoso para mantenerse con vida.
Eso fue suficiente para cerrar un tercer set muy prometedor, en el que Ugo se vino abajo cuando buscaba el 4-4 (iba 0-40 y sufrió una rotura). Fue un desenlace fatal, ya que Arthur se impuso con dos aces finales por 5-7, 7-6/8-6 y 6-3. Este es el segundo ATP 500 consecutivo que logra después de Hamburgo, y todo ello tras vencer a cuatro jugadores del top 20 en cinco encuentros. La confirmación de un talento inmenso que ha vuelto a escalar hasta el puesto 21 de la clasificación mundial, y que podría subir aún más en lo que promete ser un emocionante final de temporada.