CENTRO DE ESTADÍSTICAS DEL SORRIBES-KREJCIKOVA
Sorribes salió sin complejos ante la número 10 del mundo, ejecutando el primer break del encuentro, pero sin poder consolidarlo. Así ocurrió de nuevo con 3-3. Pero ya con 4-4, consiguió al resto el juego en blanco y resolvió el set con su servicio a la tercera bola que disfrutó.
Como si se hubiese despertado de repente, Krejcikova elevó su nivel hasta donde sólo pueden llegar las campeonas de Grand Slams. La checa dejó de cometer errores, ajustó sus goles a la línea, golpeó más fuerte y más angulada que nunca y destrozó la resistencia de una Sara que no sabía qué hacer para capear el temporal. Lo que se lo ocurrió fue guardar fuerzas y dejarlo todo para el tercer set, al que se llegó con un 0-6 que dolía.
Una reacción soberbia
Pero Sorribes tenía un as en la manga, su cáracter competitivo. Y no se lo iba a poner fácil a la ganadora de Wimbledon. A punto estuvo de robarle el primer saque y ganó el suyo en blanco con solvencia. Aguantó hasta el 2-2, pero la checa devolvió el juego en blanco en el quinto y rompió el servicio de la española en el sexto para ponerse 2-4 y saque.
Todo parecía ya perdido con un 30-15, pero la castellonense se rehízo y volvió a sellar el break para tener la opción de igualar a cuatro con su servicio. Lo hizo en blanco.
Krejcikova se recuperó para ganar su saque, Sorribes hizo lo propio y la centroeuropea volvió a mantener el suyo para, al menos, asegurarse la muerte súbita. Y ahí se llegó porque la española así lo quiso. Pero en ese tie break, los nervios pudieron con Sara, que cometió una doble falta y se vino abajo. Ganó Barbora por 7-2.