Alcaraz sucumbe ante Zverev en Turín y encadena su tercera derrota seguida
Carlos Alcaraz debutaba en Turín con la idea de poner fin a una racha de dos derrotas consecutivas (contra Grigor Dimitrov en Shanghái y frente a Roman Safiullin en París). Ha perdido en siete ocasiones desde aquella memorable final de Wimbledon ante Novak Djokovic, que sudó de lo lindo para tumbar a Holger Rune este domingo, y ese número parece elevado si tenemos en cuenta que llevaba sólo cuatro resultados negativos en 2023 hasta la prestigiosa cita inglesa.
Había ganado a Alexander Zverev en sus dos últimos enfrentamientos directos (en el US Open y en Madrid con bastante dominio), pero su estreno en tierras italianas estaba rodeado de un buen puñado de dudas. En cualquier caso, y al contrario que en la inmensa mayoría de ocasiones, este partido no era decisivo. Empezar con buen pie, claro, siempre supone un empujón de cara a los siguientes compromisos (ante los rusos Daniil Medvedev y Andrey Rublev).
El murciano perdió el saque al comienzo, en la primera oportunidad que se le presentó a su rival. Pese al varapalo, lo cierto es que tardó poco en reaccionar y devolver las tablas (3-3), si bien pudo servir de poco en el siguiente juego, cuando el alemán gozó de hasta cuatro bolas para dar otro golpe importante. Puede hablarse de la falta de efectividad de uno o de la entereza de otro, pero la única realidad objetiva es que todo estaba muy parejo y, por supuesto, en el aire.
De la alegría a la rabia
Alcaraz vivió una coyuntura similar cuando ya podía casi oler el ansiado punto: dominaba por 6-5 y ganaba por 40-15, lo que le permitía disfrutar de dos situaciones ideales (fueron tres en total) para así adelantarse en el duelo y, de paso, contar con un seguro de vida por si el segundo set no acompañaba. Zverev, que sumó 16 aces en total, se mostró solvente y forzó un tiebreak en el cual siempre fue a contracorriente (7-3).
Puño en alto de Carlitos antes de recuperar el resuello de cara a una batalla que, visto lo visto, se presumía larga. El germano pudo perder el servicio en el arranque; sin embargo, un bumerán llegó a la ciudad italiana y dio como resultado un catastrófico 0-3 para el tenista de 20 años, quien se vio superado por el formidable inicio de su oponente. Dicha superioridad se mantuvo en los minutos posteriores y nada evitó el 3-6, que llegó en menos de tres cuartos de hora.
La gran figura del tenis español necesitaba rehuír los fantasmas del pasado y poner el contador a cero para dar el necesario paso adelante, pero nada de eso ocurrió. De nuevo, el octavo clasificado en el ranking ATP sacudió el choque con una rotura que acercó la remontada, sobre todo cuando amplió distancias de forma inmediata (2-4). Aunque sufrió algo más en los compases finales, como era de esperar, selló la victoria tras establecer el definitivo 4-6.