Había preocupación en la concentración de Francia por ese virus que dejó fuera de combate durante varios días a Rabiot, Upamecano, Coman y, en los últimos días, a Varane y a Konaté. También porque Theo Hernández y Tchoauméni, titularísimos para Deschamps, andaban tocados y no pudieron entrenar el viernes.
Pero como para perderse la final del Mundial. Este sábado, 24 horas del encuentro ante Argentina, todos los jugadores están sanos y a disposición del técnico: los siete han entrenado con aparente normalidad en el estadio Al Sadd, en Doha.
Los griposos han dejado atrás la fiebre y otros síntomas. Las medidas para evitar más contagios han surgido efecto y ninguno más en el equipo se ha contagiado.
El seleccionador, pues, podrá alinear a su once de gala sin inconvenientes.