Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad
Publicidad

Seis acusados, tres de ellos policías, por la tragedia en Malang (Indonesia)

AFP
Indonesia sigue de luto por la muerte de más de 100 personas en Malang
Indonesia sigue de luto por la muerte de más de 100 personas en MalangAFP
La policía indonesia anunció el jueves la acusación de seis personas, entre ellas tres policías, tras la estampida que causó 131 muertos en un estadio el fin de semana pasado, uno de los peores dramas de la historia del fútbol.

Entre los acusados figuran también el jefe del comité de organización de partidos del equipo del Arema FC y uno de los oficiales de seguridad del club, precisó el jefe de la policía nacional, Listyo Sigit Prabowo.

Los sospechosos, identificados después de unos días de investigación que sacaron a la luz "pruebas", añadió, fueron acusados de "negligencia con resultado de muerte" y se enfrentan a hasta cinco años de prisión.  

El anuncio se produce en momentos en que aumenta la ira en el país contra la policía, acusada por los aficionados de haber agravado un movimiento de muchedumbre durante este partido organizado en la ciudad de Malang, en el este de la isla de Java.

El drama se produjo cuando los fans del club Arema FC ingresaron al campo para interpelar a jugadores y dirigentes después de su derrota ante el equipo rival de Persebaya Surabaya

La policía calificó el incidente de motín y afirmó que dos policías habían resultado muertos. Sin embargo, los sobrevivientes de la tragedia la acusan de haber reaccionado de manera excesiva enviando gases lacrimógenos a las tribunas. 

Los policías trataron de controlar por la fuerza a la multitud sobre el terreno, con porras, según testigos e imágenes de video, pero esto llevó a otros espectadores a sumarse a los que ya estaban en el césped. 

La policía afirmó que algunas salidas del estadio estaban abierta,s pero eran demasiado pequeñas para permitir que todas las personas las atravesaran

El portavoz de la Federación de Fútbol de Indonesia indicó que ciertas puertas que debían haberse abierto 10 minutos antes del silbido final habían permanecido cerradas.