Un partido entre River y Boca despierta la atención del fútbol sudamericano. Dos de los equipos más grandes del continente miden fuerzas en una nueva era. Sin Marcelo Gallardo ni Gustavo Alfaro, Martín Demichellis y Jorge Almirón gestionaron a dos planteamietnos tácticos que, por momentos, hicieron del partido un intercambio constante de golpes.
La tensión era palpable en Núñez. La casa de River recibía a su máximo rival en el primer Super de Demichellis al frente del proyecto. Almirón, asimismo, también debutaba en el partido más importante del fútbol argentino como entrenador bostero.
El Superclásico se vive al máximo. Más aún cuando, en el minuto 90+4, Miguel Ángel Borja anota el penalti que le entrega a River Plate el preciado 1-0 sobre su eterno rival. El tanto del ariete colombiano ha dejado una imagen surrealista: mientras que él festejaba frente a las gradas de El Monumental con una camiseta que profesaba su amor hacia Dios, sus compañeros se llevaban a empujones a los jugadores de Boca Juniors.
La celebración de River, al parecer, calentó los ánimos de los bosteros que, alegando la no existencia de una infracción, han salido cabreados por el penalti en el descuento y por el festejo millonario.
Con el triunfo, River se mantiene en la punta de la Primera División Argentina con 37 puntos, producto de 12 victorias, 1 empate y 2 derrotas. Boca, por su parte, racala hasta la plaza número 13 con 18 unidades, reflejo de 5 victorias, 3 empates y 7 derrotas.