Existen muchas maravillas en el mundo hechas por el hombre. El Coliseo romano, La Gran Muralla china, el Taj Mahal en la India… y el fútbol de España en Catar. Así de simple. Fue un espectáculo brillante el que protagonizó la selección en su debut mundialista. Hacía 16 años que no ganaba en el partido inaugural. No es sinónimo de éxito, ahí está Sudáfrica 2010, pero siempre es mejor vencer por lo que pueda pasar. Que se lo digan a Alemania y a Argentina, que se la jugarán en el segundo partido ya a vida o muerte.
Pero a lo que íbamos. Mereció la pena esperar tanto tiempo porque no es sólo ganar sino cómo hacerlo. Y el camino que los de Luis Enrique trazaron ante Costa Rica, de repetirlo en próximos encuentros, puede llevar a la cima. Fue sublime ver combinaciones a uno o dos pases, asociaciones en una baldosa, movilidad constante, apariciones a la espada de los zagueros, jugadores indetectables… Ni el mejor reloj suizo posee tal precisión.
La máquina roja
Todo empezó por Busquets y por Pedri. Uno era la manija y el otro el ejecutor. En menos de diez minutos ya había regalado dos asistencias a la espalda de la defensa que Dani Olmo y Asensio no aprovecharon por milímetros. No importaba, se veía venir el gol. Y este llegó poco después, en un acción magistral con muchos y rápidos toques en corto para desestabilizar la muralla costarricense. Para derribarla del todo apareció Gavi, con una pequeña ayuda de un defensor. Conectó con Dani Olmo, quien controló de espaldas, se dio la vuelta con agilidad y encaró a Keylor con la tranquilidad suficiente como para colarle el balón por arriba. Un golazo. El número 100, por cierto, de La Roja en una Copa del Mundo.
España no se conformó. Si perdía la bola, algo inaudito, la volvía a recuperar en media décima. Cómo mordían, como si la vida les fuera en ello. Tenían hambre y se querían merendar al rival. Y vaya si lo hicieron. Desde la izquierda, el extremo -que no lateral- Jordi Alba encontró a Asensio ibre de marca y ocurrió lo que puede suceder con alguien en estado de gracia. Marco besó la bola con el pie para firmar el segundo ante la desesperación de un Keylor que quizás pudo hacer algo más. Y llegaría un tercero a la media hora, de penalti. Otra vez Jordi Alba campaba a sus anchas por el área cuando recibió una patada en el tobillo. La pena máxima la lanzó Ferran con una pasmosa tranquilidad.
¿Reacción de Costa Rica? Imposible
En la reanudación, Luis Fernando Suárez agitó el árbol por si había algún fruto escondido. Si lo había se lo quedó España, que apareció por el verde como si el marcador lo tuviese en contra. Se juntaron el hambre con las ganas de comer… y llegó el cuarto, doblete de Ferran. Ingresó en el área, se le escapó la pelota, tiró de fe, la recuperó, se dio la vuelta y aprovechó la mala salida de Keylor para anotar el cuarto gol español. La inactividad de Navas en el PSG le pasó demasiada factura. Y eso los descarados jóvenes de Luis Enrique no lo iban a perdonar.
Aprovechó el asturiano para pensar en el siguiente partido, dar ritmo a Morata y a Koke, que lo necesitan, y hacer debutar en un Mundial a Carlos Soler, a Nico Williams y al recién llegado, Alejandro Balde. Si Gavi había batido con su titularidad el récord de Cesc de jugador español más joven en debutar en un Mundial, Balde también podrá presumir de debutar con la absoluta directamente en la Copa del Mundo.
No hay quinto malo… ni sexto ni séptimo tampoco
Los cambios no afectaron al guion del choque ni mermaron tampoco la ambición española. A ver quién era el guapo que les decía a Morata o a Nico que no mirasen a Keylor a los ojos. O a Gavi, que fue el que, con una gran volea con el exterior desde la frontal, pegó con el alma al balón para firmar el quinto. ¿Suficiente? Pues no, porque no se puede desaprovechar una tarde así.
Williams puso un centro envenenado que despejó Keylor con la yema de los dedos, pero con la fortuna de dejar el balón suelto. Carlos Soler, con una fuerza tremenda, aprovechó el regalo para reventar las redes y marcar el sexto. ¿Hora de parar? Pues tampoco. Faltaba Morata por unirse a la fiesta y hundir aún más a Costa Rica. Zurdazo del madrileño ajustado al palo y el séptimo que besó las mallas. La goleada del Mundial para soñar a lo grande la firmó España.
Jugador Flashscore del partido: Pedri.
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