Había dudas sobre el rendimiento que podía ofrecer Patrick Mahomes en la final de la AFC contra los Bengals. Llegó claramente lesionado del tobillo y el rival era de los peligrosos. Sin embargo, el talentoso mariscal, jugando casi a la pata coja, cuajó un magnífico partido y metió a los Chiefs en su tercera Super Bowl en las últimas cinco temporadas.

Anoche tuvo enfrente a Joe Burrow (26), que le había ganado todas las veces que se habían visto las caras. El jugador de Cincinnati estuvo muy presionado durante la contienda y fue interceptado en dos ocasiones, lo que condenó a los de Ohio a quedarse fuera de la cita más importante del año en la NFL.

Por contra, Mahomes, jugó muy bien fuera del ‘pocket’ para evitar los golpes e, incluso estando limitado, convirtió un primer ‘down’ decisivo en carrera durante el ‘drive’ del triunfo de los de Andy Reid (64). Además, repartió 326 yardas y dos touchdowns por aire en un despliegue de facultades sensacional.

Ahí empieza a aparecer la alargada sombra de Tom Brady. Con los dos servicios de anotación que repartió contra los Bengals, el líder de Kansas City acumula 14 en los cinco encuentros por el campeonato de conferencia en los que ha participado. Solo le supera la leyenda de los Buccaneers, con 21 en 14 finales.

Las similitudes no se quedan ahí. El considerado mejor jugador de todos los tiempos ganó tres Super Bowls en sus cuatro primeros años como titular con los New England Patriots. Mahomes ya ha perdido una, pero el 12 de febrero en Arizona buscará su segundo trofeo Lombardi y siempre ha alcanzado las finales de conferencia. Sin duda, datos más que sólidos para postularse como un digno sucesor del de San Mateo (California).