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Otro triunfo de Verstappen, título para Red Bull, Alonso es séptimo y desastre de Sainz

César Suárez
Max Verstappen y Red Bull, los grandes triunfadores en Austin.
Max Verstappen y Red Bull, los grandes triunfadores en Austin.Getty Images via AFP
Max Verstappen (25) consiguió su 13ª victoria en el Mundial de F1, un abuso del que también formó parte Red Bull, que con la victoria del neerlandés y el cuarto puesto de Checo Pérez aseguró el título de constructores. Carlos Sainz, que partía de la pole, se quedó fuera en la primera curva mientras que Alonso, tras otro choque, acabó séptimo.

El mejor homenaje que se le podría dar al fallecido Dietrich Mateschitz, fundador de Red Bull, era volar. Y Max Verstappen, el neerlandés volador y bicampeón del mundo, no le iba a fallar. Desplegó sus alas desde su monoplaza para ganar a todos y conseguir su 13ª victoria de la temporada. Ahí queda, igualado con Schumacher y Vettel en ese récord que seguramente superará. 

Pero es que también, con ese primer puesto y el cuarto de Checo Pérez, la escudería energética se llevó también el campeonato de constructores, lo que no conseguía desde 2013. Premio menor, pero otro más del reinado absolutista del equipo austriaco. 

Por detrás, el resto, que se encuentra a años luz. Lewis Hamilton, que aún no sabe lo que es ganar este año, quedó segundo. Soñó el inglés con la victoria para mantener esa racha de un triunfo como mínimo en cada una de sus temporadas en F1, pero en la vuelta 50 se difuminó ese objetivo. A seis del final, no pudo hacer nada para detener a Max. Qué impotencia.

Como la de Charles Leclerc, que aun siendo penalizado, demostró que cuando se trata de remontar, suele protagonizar buenas carreras. No le dio para luchar con Verstappen, pero sí para subir al podium y, de paso, alegrar un tanto las caras en Ferrari. 

Porque lo que eran sonrisas con la pole de Carlos Sainz se tornó en amargura después de que el madrileño fuera superado en la salida por Verstappen y luego Russell, demasiado agresivo una vez más, le embistiera por detrás para dejarle fuera de combate. Qué mala suerte y van...

Del mismo modo que tampoco tuvo fortuna Fernando Alonso, que salió con duros y aun así se las apañó para ir subiendo posiciones. No se esperaba que en una lucha con su futuro compañero de equipo en Aston Martin, Lance Stroll, acabara dañando el coche. Sus ruedas delanteras  se llegaron a levantar del asfalto pero el español pudo regresar a la carrera tras cambiar el alerón delantero y finalizó, incluso sin un retrovisor, en un asombroso séptimo puesto. Rozó el sexto, pero Norris fue demasiado para él.