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Opinión | Laporta se esconde en el victimismo y no aclara nada

César Suárez
Laporta, antes de comenzar su rueda de prensa sobre el Barçagate
Laporta, antes de comenzar su rueda de prensa sobre el BarçagateAFP
Suele pasar que cuando uno espera mucho de algo, al final obtiene poco o nada. Quizás las expectativas eran muy altas o puede que quien tenía la potestad para eliminar cualquier duda no haya cumplido con su papel. Laporta ha decepcionado porque no ha aclarado nada que no se supiera. Y eso no le deja en buen lugar.

Dos horas de explicaciones del máximo dirigente del Barcelona no han servido para mucho. Incluso para nada más que llenarse la boca de críticas contra sus habituales enemigos: el Real Madrid y Javier Tebas. Bueno, sí le ha servido para algo nuevo a Laporta: que el Barcelona no es que haya cometido algún delito sino que, ojo, es que puede convertirse en la víctima de todo este caso que no ha hecho sino ensuciar el fútbol español de la peor manera posible. Y, por supuesto, que todo esto sale cuando el Barça gana, cuando las cosas les van de lujo. Porque claro, es que es el Barça, es que representa a Cataluña y es que eso molesta. Y ya estamos otra vez con la maldita manía de mezclar política y deporte. No aprenden. 

A estas alturas, todos sabemos que Enríquez Negreira no tenía potestad para designar los árbitros que tenían que dirigir los partidos. Pero sí era el encargado de comunicar los descensos de categoría. Y aunque tampoco puntuara a sus excompañeros y se limitara a hacer la incómoda llamada, ya el simple hecho de estar haciendo eso a la vez que cobraba del Barcelona, pues oye, clama al cielo. Pone una sombra y eso no está bien. 

Dice Laporta que ahora tiene un área de compliance para que los dirigentes sepan lo que está bien y lo que no en su gestión. Pues oiga, que si quieren, yo, por unos módicos 7,3 millones de euros se lo podía haber dicho antes, que eso que estaban haciendo era éticamente reprobable. ¿Legal? pues sí porque hay un servicio que se presta, unas facturas que se emiten y unos pagos vía transferencia bancaria. Pero ¿ético? pues no. Y menos por las cantidades pagadas por hacer informes. Por 405.000 euros anuales... si eso es precio de mercado para decir que a un árbitro hay que tratarle de usted o de tú, nadie querría ser influencer hoy en día. Todos elegirían ser informadores del Barça.

Laporta ha tenido la oportunidad hoy de aclarar todo. En el ADN Barça, la mejor defensa es un buen ataque, siempre lo ha sido en el terreno de juego. Trasladado a los despachos, a su comparecencia, Joan no ha jugado nada bien. En vez de pasar en corto, combinar, asociarse, ha abusado de despejes y de tiros a la desesperada sin ninguna idea plausible. 

Un desperdicio que no aclara absolutamente nada nuevo. Que el Barça no ha cometido, o sí, un delito deportivo ni penal ni nada, lo aclarará un juez. Pero que éticamente han metido la pata hasta el fondo, lo sabe, sin necesidad de juicio, hasta el presidente aunque no quiera admitirlo públicamente. Podía haber pedido perdón por ello, pero no, ha preferido hacerse la víctima. Para eso no hacía falta la pantomima de hoy. Gracias por nada.