Oliver Sonne, el "europeo" que mejor juega en el Perú de Fossati pese a que fue subestimado en un inicio

El primer contacto real de Oliver Sonne con la selección peruana -con el Perú mismo- no tuvo nada que ver con Jorge Fossati, el técnico de la Bicolor. Sino con la hinchada. Fue en el amistoso ante Nicaragua que el danés de raíces peruanas se llevó una increíble ovación en el Estadio Alejandro Villanueva, en marzo. En aquella media hora que jugó hizo gala de su portento físico por encima del promedio y una destreza técnica interesante que ratificó el último viernes en el empate sin goles ante Chile por las Eliminatorias 2026: fue el mejor del cuadro blanquirrojo. 

“No voy a gastar dos partidos oficiales para asegurar a nadie, salvo que, si le veo un lugar, lo voy a traer. Incluso, hasta por más que no lo necesite en su posición original”, fue una de las primeras respuestas del seleccionador uruguayo sobre Sonne. El hincha lo pedía -como lo hicieron con Lapadula, por ejemplo- y el técnico mostraba cierta incomodidad. 

Postergado por Juan Reynoso en el primer ciclo tras la salida de Gareca, el danés encontró espacio en el equipo de Fossati, aunque en una posición ajena a la que está acostumbrado en el Silkeborg de Dinamarca, donde es lateral derecho. Para el entrenador uruguayo, Oliver es un volante interior por derecha. Fue utilizado como carrilero por izquierda también, aunque donde mejor se está acomodando es en el medio. 

El camino de Sonne en la selección 

Luego de un par de amistosos, Jorge Fossati decidió incluir a Oliver Sonne en la lista final de la Copa América que se disputó entre junio y julio de este año en Estados Unidos. Aunque apenas disputó seis minutos en el debut ante Chile, el danés empezó a calar en el vestuario, a conocer a su nuevo entorno y desenvolverse de la mejor manera. 

La Copa América fue un rotundo fracaso. Perú se fue eliminado por primera vez en 19 años en la primera fase y por primera vez sin lograr una victoria ni conseguir anotar un solo gol en los tres primeros partidos. Añadido a ello, en el balance del ensayo y error, el uruguayo salió perdiendo: el torneo continental apenas sirvió para desestimar las grandes apuestas, antes que para confirmar el éxito de nuevas ideas.

Ya en las Eliminatorias, el balance para Sonne es mucho mejor. Ha sabido lucirse en medio de un promedio gris de rendimientos y resultados. Tras estrenarse en Quito, de carrilero por derecha, fue titular por primera vez en la victoria de 1-0 sobre Uruguay en Lima, aunque esta vez de volante interior por derecha.

Este viernes, frente a Chile, volvió al puesto tras perderlo en la visita a Brasil (terminó siendo pieza de recambio y jugó 33 minutos). Frente al equipo de Gareca fue el más destacado en los 87 que jugó. Con carácter y mucho despliegue físico, el ahora jugador de 24 años fue uno de los mejor valorados por Flashscore.pe con 7 puntos, además de registrar un 76% de pases precisos.

Con la vuelta de Marcos López, es probable que ante Argentina sea Luis Advíncula quien asuma el rol de carrilero por derecha, mientras que Oliver Sonne podría repetir como volante interior por derecha, dada la baja de Wilder Cartagena, quien debería reemplazado por Jesús Castillo, que no jugó ante Chile luego de ser titular en el 4-0 en contra frente a Brasil. Por edad, proyección y condiciones, Oliver Sonne ya forma parte de ese escueto y minúsculo legado que dejará Fossati en la selección peruana.

Sonne es un jugador muy polifuncional, con capacidad y experiencia por ambas bandas, de lateral e incluso con posibilidad de jugar como extremo debido a su buen recorrido y portento físico. Con buen técnica y bastante panorama, ha demostrado que puede pelear la titularidad en el puesto que sea ubicado, por más que no le sea tan habitual.

Con 24 años todavía tiene proyección para dar el salto a una liga de mayor jerarquía que la danesa, aunque incluso ahí, y siendo titular absoluto, se ubica un peldaño por encima de casi la mayoría de convocados a la selección peruana en cuanto a calidad de liga y nivel de exigencia.