Gracias al bonus ofensivo ganado contra los australianos, los All Blacks lideran la clasificación con 19 puntos. Sudáfrica, que se enfrenta a Argentina a las 17:05 (hora española), debe lograr la victoria, el bonus ofensivo y un mínimo de 39 puntos de diferencia sobre los Pumas para ganar la competición por la diferencia de puntos general.
Esta amplia victoria y posible tercer título consecutivo en Rugby Championship dan un poco de aire a Ian Foster, seleccionador muy cuestionado por sus resultados irregulares, con seis derrotas en los últimos once partidos.
"Estoy contento por este rendimiento. Siempre podemos mejorar, pero me ha gustado nuestra actitud", declaró Foster después del partido.
Después de la difícil victoria la semana pasada en Melbourne (39-37), en la que los All Blacks lograron un ensayo sobre la bocina cuando la derrota parecía ya sentenciada, los neozelandeses han demostrado más madurez el sábado en Eden Park, en un partido que solo tuvo un color.
Dominio 'All Black'
El ala Will Jordan encontró el primer camino hacia la zona de marca (23) logrando su ensayo número 21 en otras tantos partidos con la selección, bien servido por Jordie Barret y después de haber superado al centro australiano Jason Petaia a la carrera.
Los hombres de Ian Foster sacaron músculo y fueron recompensados con un ensayo de castigo (27) después de un maul derrumbado por los Wallabies delante de la zona de marca. En la segunda parte el dominio continuó gracias a sus atacantes, con los ensayos de Samuel Whitelock (47), Codie Taylor (54) y Samisoni Taukei'aho (66).
Intratables en defensa durante varios minutos, los All Blacks solo cedieron en dos ocasiones, la primera después de un despeje de pie fallado por el neozelandés Richie Mo'unga y aprovechado en ensayo por Colby Fainga'a (60) y más tarde con Petaia anotando bajo palos (80+2).
"Impedirles marcar durante los primeros 60 minutos fue increíble", se felicitó el capitán de los All Blacks Samuel Whitelock.
Australia, equipo más castigado de la competición, volvió a sufrir episodios de indisciplina, especialmente con dos tarjetas amarillas (Jed Holloway en el minuto 3, Dave Porecky en el 27), lo que eleva su total a nueve, la marca más alta de este Rugby Championship.
"Jugar con 13 jugadores después de las dos tarjetas amarillas en el primer tiempo nos puso a la defensiva", reconoció el pilar y capitán de los Wallabies James Slipper. "Es un resultado muy decepcionante para nosotros".