Un Mundial de natación muy descafeinado por los Juegos Olímpicos de París
La organización del Mundial de natación ha estado marcada en los últimos años por la pandemia de la COVID-19. Programados en febrero, sólo siete meses después de la edición precedente en Fukuoka, este evento se disputa por primera vez en año olímpico.
La consecuencia es que muchas de las estrellas de la natación han decidido ahorrarse el viaje a la capital catarí y priorizar los entrenamientos o las pruebas locales, lo que hacen habitualmente en esta época del año.
Los espectadores del Aspire Dome se quedarán sin ver en directo a muchos de los nadadores que brillaron el verano pasado en tierras niponas: Léon Marchand, Katie Ledecky, Summer McIntosh, Kyle Chalmers o Kaylee McKeown.
Seis campeones en Fukuoka
No es el caso de todos. Seis de esos triunfadores sí se han desplazado al país de Oriente Medio.
"Me concentro en París, por lo que mis entrenadores y yo hemos decidido tomarnos esta competición como una preparación, nada más", admitió el tunecino Ahmed Hafnaoui, campeón olímpico de los 400 m libre y que estuvo cerca de lograr un triplete en Japón el año pasado.
Para otros, como el británico Adam Peaty, será una fecha importante después de una larga ausencia, e incluso un modo de gestionar la presión en un gran evento, como para la estadounidense Kate Douglass.
"Está claro que un Mundial en febrero es algo diferente, pero creo que es positivo venir a nadar carreras. En mi caso, cuantas más hago, menos estresada estoy, así que espero estar más relajada el próximo verano", declaró la reina de los 200 m estilos.
"Será un supercampeonato"
"La competencia no será tan alta como el año pasado, pero estoy convencida que será un supercampeonato y estoy impaciente por ver en qué momento de forma estoy", añadió la estadounidense.
Vigente campeón del mundo de los 50 m espalda, su compatriota Hunter Armstrong ha viajado en busca de "experiencia y confianza" de cara a París.
"Aún soy un novato en la escena internacional, por lo que cualquier ocasión de competir a primer nivel es bueno. Si todo va bien aquí, seguiré con mis entrenamientos previstos; si no alcanzo mis objetivos, me deja tiempo para realizar ajustes", argumenta.