Medina Cantalejo: "Enríquez Negreira estaba en la sombra, no sabíamos sus competencias"
"Llevo 40 años y este, posiblemente, sea uno de los momentos más tristes que he vivido. He estado 11 años en Primera división y no ha habido ninguna insinuación o consejo ni a mí o mis compañeros sobre tener algún tipo de inclinación y tomar alguna decisión que pudiera beneficiar a un equipo o a otro. Jamás en la vida". Así ha comenzado el dirigente arbitral su declaración sobre el controvertido asunto que ha ensuciado la imagen del fútbol español.
Medina Cantalejo ha querido dejar clara la relación que tenía con Enríquez Negreira, investigado por la Fiscalía. "Formaba parte como vicepresidente, pero no sabíamos muy bien cuál era su cometido. Nos veíamos dos veces al año, uno a mitad de temporada y otro en pretemporada. El contacto con los árbitros era mínimo. Nos repartía unos papeles para enviarnos al grupo en el que íbamos en función de la calificación y nada más. No sabemos qué competencias tenía. Ha estado muchos años pero era un hombre que estaba prácticamente en la sombra y que no tenía ninguna competencia importante en el Comité".
De este modo, ha querido limpiar las manos tanto del actual CTA como de la RFEF, de la que dependen, asegurando que desde la llegada de Rubiales, todo cambió y Enríquez Negreira se quedó fuera. "Desde 2018 cuando Rubiales entró en la Federación, este señor no ha formado parte para nada de ningún ámbito federativo o CTA. Que quede claro, con nosotros, y no es tirar balones fuera, desde la llegada de Rubiales, cada empleado, cada árbitro tiene que declarar que no existe ningún tipo de incompatibilidad, de intereses o relaciones de algún tipo que pueda ligarle al desarrollo normal de su trabajo porque tenga alguna ligazón con algún equipo".
El presidente de los árbitros españoles ha asegurado, además que se personarán "en la causa junto a la Federación. Colaboraremos en todo lo posible con la Fiscalía con documentación o con lo que nos sociliten".
Por último, Medina Cantalejo, en defensa de su colectivo, de los árbitros de ahora y, como él, los de antes, ha asegurado que pone "las dos manos en el fuego por toda la generación de árbitros que con honradez, sacrificio y muchísimo trabajo se han dejado la piel en los campos para que las cosa salieran bien. Esto no es el fútbol español, este no es el arbitraje español".