El amor se terminó entre los Green Bay Packers y Aaron Rodgers. El mariscal californiano considera que su etapa con la franquicia en la que ganó su única Super Bowl ha concluido y busca terminar su carrera en un lugar nuevo. 

La mala temporada que tuvieron en 2022 los de Matt LaFleur y la constante sangría de jugadores titulares hacia otros equipos han precipitado la decisión del cuatro veces MVP de la NFL. El ’12’, con casi 40 años, necesita un proyecto ganador en un plazo inmediato y en la bahía están pensando más a largo plazo.

Sin embargo, existen una serie de impedimentos para que la marcha de Rodgers se fragüe de manera sencilla. El primero es la renovación que firmó por cuatro años el pasado verano. Sin pensarlo, se ató sobremanera a los queseros, obligando a cualquier conjunto que quiera hacerse con sus servicios a entregar demasiado a cambio de un solo hombre.

Por otro lado está que tiene uno de los mayores salarios de la liga. Este factor descarta a muchas franquicias que desconfían a la hora de desembolsar una importante suma de dinero por un jugador que seguramente esté exprimiendo los últimos destellos de calidad de su carrera.

Finalmente está el factor moral. Rodgers es un hombre muchas veces polémico y que no tiene problema en crear controversia a la mínima que no está contento. Tal vez por ello los New York Jets, que son los mejor colocados para ficharle, estén meditando detenidamente la operación.

Solo el paso del tiempo aclarará si alguna franquicia hace movimientos importantes por el campeón de la Super Bowl XLV. De momento, está más cerca de tener que retractarse y continuar una campaña más con los Packers que de descubrir un nuevo destino.