La quincena negra del fútbol italiano, dos semanas fatídicas para olvidar
La segunda semifinal de la Final Four de la Nations League sirvió para que la selección española pusiera el último clavo en el ataúd del fútbol italiano. Los de Luis de la Fuente eliminaron a la 'azzurra' con un gol in extremis de Joselu, lo que deja al seleccionado transalpino con la Eurocopa de 2020 como único oasis de felicidad en una espinosa travesía que dura ya casi 15 años.
Y no se queda el problema de Italia sólo en el nivel internacional. Su rendimiento en la última década en clubes ha sido más bien bajo. Sin embargo, parecía que este año era el del resurgir de una de las grandes ligas del viejo continente.
Hasta hace 15 días se mostraban exultantes con presencia de sus equipos en las tres finales europeas posibles. Inter de Milán, AS Roma y Fiorentina clasificaron para los partidos por el título de Champions, Europa League y Conference respectivamente.
Los brotes verdes afloraban, pero una nube negra se desplegó sobre todo el fútbol italiano a partir del 31 de mayo y no se ha disipado aún. En esa fecha, el cuadro romano, dirigido por José Mourinho, entregó el trofeo de la UEL al Sevilla tras caer en una estrepitosa tanda de penaltis
Ya en junio, el 7, la 'Fiore' extendió la tragedia deportiva del país mediterráneo perdiendo cruelmente la final de la Conference League contra el West Ham. Los ingleses se llevaron el choque por 1-2 con una diana de Jarrod Bowen.
No cambió la historia en Estambul. Allí se celebró la gran cita del curso a nivel de clubes, la definición de la Liga de Campeones. Si bien es cierto que el Manchester City llegaba como claro favorito sobre el Inter, los de Simone Inzaghi gozaron de oportunidades con las que ganar, pero la suerte les fue esquiva y los 'cityzens' levantaron su primera 'Orejona'.
Un azul que tiende a negro
Lo de la selección italiana es un caso cuyo análisis debería ser más profundo. La absoluta 'azzurra', además de haber sido apeada de la Nations League, lleva dos Mundiales seguidos sin hacer acto de presencia en la fase final y en los dos últimos que ha jugado no ha superado la fase de grupos. La caída libre comenzó con la victoria en Alemania 2006.
Ahora, la que posiblemente sea la peor época de la FIGC (federación italiana) se ha consumado con el tropiezo ante una España realmente floja. Tienen un equipo inoperante, incapaz de competir en los grandes escenarios, lo que invita a una reconstrucción desde las bases de un fútbol que navega a la deriva.
Que el combinado Sub-20 alcanzase la final de la Copa del Mundo en Argentina podría tomarse como algo alentador. El problema es que ese compromiso sólo sirvió para poner una muesca más en un cinturón de desdichas suficientemente deteriorado como para seguir metiéndole presión. Los chicos hincaron la rodilla ante la furia uruguaya a causa de un gol en el 86’ de Luciano Rodríguez.
Sin duda, alcanzar tantas finales y encuentros decisivos es algo a tener en cuenta positivamente, pero Italia ha vivido una quincena negra difícil de olvidar. Ha llegado el momento de que tomen medidas para alejarse de la tormenta y recuperar la grandeza que les hizo conquistar el mundo en cuatro ocasiones.