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La sonrisa de Jenni Hermoso una vez confirmado su regreso a la selección

Daniel Núñez
Jenni Hermoso, antes de encontrarse con Luis Rubiales.
Jenni Hermoso, antes de encontrarse con Luis Rubiales.AFP
Ausente en la anterior concentración porque así lo quiso Montse Tomé, que formó entonces una primera convocatoria con bastantes novedades, la jugadora del Pachuca vuelve a ser llamada para defender los intereses del combinado nacional.

Jenni Hermoso es el principal nombre propio en la lista que dio a conocer la seleccionadora esta semana. Se cayó de la convocatoria de septiembre por un motivo que nada tiene que ver con lo deportivo, más bien como consecuencia de todo lo ocurrido a raíz del beso no consentido de Luis Rubiales, y ahora parece recuperar la normalidad con su regreso a la Roja. Se espera que tenga un papel principal para los encuentros frente a Italia y Suiza.

España sigue su curso en la Liga de Naciones, una competición tan joven como importante debido al premio que brinda. Y es que hay un par de billetes en juego para los aclamados Juegos Olímpicos de París: las finalistas estarán en la capital francesa salvo si el combinado galo es uno de los protagonistas. En ese caso, el ganador del duelo que se disputará por el tercer y cuarto puesto será el encargado de ocupar una de las cotizadas plazas.

Para ganar tanto a la Azzurra como al conjunto helvético, Hermoso será una de las principales bazas del plantel comandado por la inexperimentada Tomé, acostumbrada a tener un rol más secundario. Como ya le ocurrió durante el Mundial de Australia y Nueva Zelanda a su predecesor, Jorge Vilda, tendrá que encontrar la forma de encajar a la madrileña y a Alexia Putellas, dos amigas que se entienden a la perfección dentro y fuera del juego. La dos veces Balón de Oro tiene muchas papeletas para actuar como falsa delantera, posición en la cual acostumbra a jugar en el Barcelona.

Hermoso subió una simbólica fotografía a su cuenta de Instagram este jueves, horas después del anuncio. No hay texto alguno junto a la imagen, ni siquiera un emoticono, pero su iluminado rostro ya dice mucho. Tampoco es baladí el hecho de que aparezca con la sudadera de la selección, concretamente en los minutos previos a uno de los anteriores partidos. Además, está feliz porque es consciente de que, una vez se despoje de dicha prenda, va a jugar al fútbol. Y eso es precisamente lo que siempre ha querido. Ahora, claro, tampoco es ninguna excepción.