Rafael Leão recuerda el asalto al Alcochete: "Viví un infierno en aquellas semanas"
"Había habido una primera protesta muy violenta de la Juventude Leonina en el aeropuerto tras el partido del Marítimo. Expresaron su decepción, pero nadie estaba preparado para lo que ocurriría dos días después. Unas 50 personas, encapuchadas, entraron en nuestro centro de entrenamiento. Golpearon con cinturones y barras de hierro al entrenador, Jorge Jesús, a su ayudante y a los primeros jugadores con los que se cruzaron. Bas Dost resultó muy malherido, se rompió la cabeza", comenta Rafael Leão sobre la desagrable e insólita situación.
"Los jugadores nos creíamos intocables y estábamos en estado de shock. Ni siquiera tuvimos tiempo de reaccionar. El propio club no se tomó en serio las amenazas porque no adoptó medidas de seguridad", añade.
"Entre los que entraron en el vestuario, reconocí a algunos antiguos compañeros. Cuando llevas mucho tiempo con alguien, una capucha o un pasamontañas no lo hacen irreconocible. No podía creer lo que estaba pasando porque habíamos perdido un partido. Todos los jugadores fueron llamados a declarar ante el tribunal, pero aquellos hinchas lo sabían todo sobre nosotros, dónde vivíamos, dónde vivían nuestras familias... Mi padre me envió a Oporto, a casa de un amigo. Mis amigos y yo recibimos varias amenazas en las redes sociales", incide el atacante.
"Incluso hoy, si comento alguna foto del Sporting o de un jugador del Sporting, me inundan de insultos y me llaman traidor. Viví un infierno en aquellas semanas, hasta que rescindí unilateralmente mi contrato, como muchos otros jugadores agredidos. Tenía 18 años y me vi obligado a abandonar mi país", recuerda Leão, que fichó por el Lille sin traspaso mediante y más tarde fue contratado por el AC Milan, donde cumple su quinta temporada.