Rubén Amorim: El próximo entrenador estrella de Portugal, vinculado al Manchester United
Amorim se ha convertido en el favorito para hacerse cargo del Manchester United tras el despido de Erik ten Hag. Su club, el Sporting de Lisboa, ha confirmado el interés del club inglés.
Amorim tiene 39 años, dos menos que Mourinho cuando dejó el Oporto y se hizo cargo de un Chelsea dispuesto a dominar el fútbol inglés.
Otros entrenadores han llegado de Portugal con una enorme reputación, pero no todos han triunfado. André Villas-Boas, por ejemplo, no estuvo a la altura de las expectativas tras seguir el camino de Mourinho del Oporto al Chelsea en 2011.
Pero todo sobre Amorim -que también fue vinculado al puesto de entrenador en el Liverpool este año- sugiere que podría ser algo especial, al igual que Mourinho afirmó de manera icónica que él mismo lo era en 2004.
Ya en 2017, cuando Amorim confirmó su intención de convertirse en entrenador, dijo a Tribuna Expresso: "No sé si voy a ser bueno o malo, pero eso es lo que voy a ser".
Acababa de dejar de jugar a los 32 años, después de que las lesiones arruinaran una excelente carrera.
Amorim se ha hecho un nombre como entrenador en el Sporting, pero fue una estrella como jugador de su rival lisboeta, el Benfica, club del que es hincha desde que nació.
"Me veo entrenando al Benfica, o a uno de los grandes clubes del mundo. Obviamente, sólo el tiempo lo dirá, y se necesita mucha suerte", afirmó.
Amorim empezó a jugar en el Belenenses, en el barrio lisboeta de Belem, conocido por sus tartas de crema.
Allí trabajó a las órdenes de Jorge Jesús y alcanzó la final de la Copa de Portugal en 2007.
En 2008 fichó por el Benfica, y un año después se reencontró con Jesús. Amorim jugó principalmente de lateral derecho en un equipo en el que David Luiz y Ángel Di María se proclamaron campeones.
La temporada siguiente, el Benfica fue superado por el Oporto de Villas-Boas, y Amorim sufrió una lesión de rodilla.
Necesitó una cesión en el Braga para relanzar su carrera, y volvió al Benfica, y a Jesús, en la 2013/14.
Amorim jugó con regularidad en el centro del campo y fue una de las estrellas del Benfica, que ganó el triplete nacional y perdió la final de la Europa League en los penaltis contra el Sevilla.
Su carrera no volvió a alcanzar cotas tan altas, y puso fin a sus días como jugador en Catar.
Fanático de la victoria
Amorim ha descrito a Mourinho, que dirigió al United de 2016 a 2018, como su referencia, pero admite que Jesús -que ahora dirige al Al Hilal en Arabia Saudí- le marcó más que ningún otro entrenador después de pasar siete años a sus órdenes.
"Es curioso, porque como jugador tuve muchos problemas con Jesús, aunque otros también, porque Jesús es un entrenador que te desgasta", recuerda Amorim.
"Es muy perfeccionista. Trabajé mucho tiempo con él y es obvio que lo que yo exijo a los jugadores es bastante parecido a él".
Amorim, que participó con Portugal en dos Mundiales, empezó a entrenar en 2018, con solo 33 años, en el club lisboeta Casa Pia, y su ascenso desde entonces ha sido vertiginoso.
Allí ganó el título de Tercera división, pero aún no tenía la titulación de entrenador necesaria y se marchó a principios de 2019.
Amorim comenzó realmente su vertiginoso ascenso al fichar por el Braga, dirigiendo a su equipo B antes de recibir las riendas del primer equipo en diciembre de 2019.
Lo hizo tan bien que el Sporting se abalanzó sobre él, pagando su cláusula de rescisión de 10 millones de euros.
El Sporting no ganaba el título portugués desde 2002 y sus seguidores tenían ciertas dudas sobre su pasado en el Benfica.
"Soy un profesional y me encanta ganar. Sé lo grande que es este club. He jugado contra ellos. No escondo mi pasado", dijo en su presentación.
En su primera temporada completa, el Sporting se proclamó campeón y sólo perdió un partido.
Amorim, partidario de un juego de presión intenso, llevó al Sporting a octavos de final de la Liga de Campeones.
La temporada pasada ganó su segundo título portugués, y jugadores como el delantero inglés Marcus Edwards y el sueco Viktor Gyokeres han florecido a sus órdenes.