Una marea humana despide a Luis Suárez en el Centenario: "Historia viva"
El choque con Paraguay por las eliminatorias para el Mundial de 2026 terminó 0-0, pero estuvo cargado de goles para honrar al 'Pistolero', que a los 37 años colgó las botas con su país.
"¡¡¡Gooool de... Suárez!!!", se escuchó una y otra vez al final del partido en distintos idiomas y a través de los años, en un vídeo en pantalla gigante que repasó su trayectoria desde que debutó con el combinado celeste el 7 de febrero de 2007.
Los 69 tantos en 143 partidos del máximo goleador histórico de la selección uruguaya volvieron a emocionar a un público que hacía sonar trompetas y coreaba "Olé, olé olé, Lucho, Lucho" en la fría noche.
"Es una estrella, un crack, pero además tiene un magnetismo distinto", destacó el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, que vio el envite desde el palco oficial junto a su homólogo paraguayo, Santiago Peña.
Entre el público estuvo el exseleccionador Óscar Washington Tabárez (2006-2021), artífice del ariete y de una generación dorada que devolvió al país la pasión por la Celeste décadas después de sus triunfos mundiales en 1930 y 1950.
Con el ex del Barcelona y el Atlético, exponente de la era del 'Maestro' junto a Diego Forlán y Edinson Cavani, el cuadro charrúa logró el cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica y ganó la Copa América en Argentina (2011).
"Realmente toda mi carrera es por él", dijo Luis Suárez, emocionado hasta las lágrimas tras fundirse en un abrazo con Tabárez.
"El fin de una era", se podía leer en carteles colocados para la celebración, mientras Luis saludaba entre aplausos a otras figuras de la camada dorada, ya retirados, entre ellos los tres Diegos exapitanes de la selección: Godín, Forlán y Lugano.
La noche tuvo más sorpresas: desde la pantalla gigante hubo afectuosos mensajes grabados del argentino Leo Messi y el brasileño Neymar, que en el Barça conformaron con Suárez uno de los tridentes más prolíficos en la historia del fútbol europeo.
Entre lágrimas, 'Luisito' recibió de la Conmebol una réplica de la Copa América, y también las redes de los arcos del Centenario, que a partir de ahora tiene uno de ellos bautizado "Arco de Luis Suárez".
"Luis 9 Eterno"
Tres banderas gigantes desplegadas desde lo más alto de las gradas debajo de la Torre de los Homenajes del estadio dijeron varias veces durante el partido lo que la multitud quería gritarle.
Encarnación de la "garra charrúa", como se conoce a los combativos futbolistas uruguayos, el jugador nacido en Salto se convirtió en leyenda en Uruguay cuando en Sudáfrica 2010 detuvo con la mano un cabezazo que le iba a dar el pase a semifinales a Ghana. Fue expulsado, pero los africanos fallaron el penalti y luego perdieron desde los 11 metros.
Para él, como para muchos, nada opaca "lo buena persona que es".
Explosivo, L. Suárez mordió al italiano Giorgio Chiellini en pleno partido del Mundial de Brasil, lo que le valió una suspensión de varios meses. Antes, ya había mordido a dos rivales: a Otman Bakkal en 2010 en el campeonato neerlandés, cuando jugaba en el Ajax de Ámsterdam, y a Branislav Ivanovic en 2013 en la Premier League.
El propio Luis reconoció que cometió "errores" durante su carrera, pero confía en ser recordado por todas las veces en que buscó superarlos.
"Uruguay es más grande que cualquier jugador", afirmó el viernes al agradecer el cariño del pueblo uruguayo.
"A partir de mañana seré un hincha más", prometió, rodeado de su esposa Sofía Balbi y sus tres hijos mientras en el aire sonaban las estrofas de No te va gustar: "Quién hubiera imaginado/Que llegaría el momento/Ese maldito momento".