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Jenni Hermoso: "He tenido que asumir las consecuencias de un acto que no provoqué yo"

Rafael Gómez
Jenni Hermoso, con España
Jenni Hermoso, con España AFP
La jugadora del Pachuca revela en una entrevista con GQ lo ocurrido tras ganar el Mundial con España. El beso "forzado" de Luis Rubiales supuso un antes y un después para ella, que continúa en el ojo del huracán casi seis cuatro meses más tarde.

Pasa el tiempo y el mundo del deporte no olvida lo ocurrido en la celebración de España tras ganar la Copa del Mundo: aquel beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso eclipsó el triunfo de 'La Roja' sobre Inglaterra y, además, fue el punto de partida de una reestructuración del fútbol femenino español. 

Meses después de lo ocurrido, en una entrevista con GQ, Jenni Hermoso decidió romper con su silencio. La futbolista se sinceró sobre lo ocurrido y, además, contó algunos sucesos que está viviendo en su espacio privado y profesional. 

Estas son algunas de las declaraciones más llamativas de Jenni Hermoso en la entrevista: 

Superación: “Hace tres meses ni era campeona del mundo, que es lo máximo a lo que podía aspirar, y desde luego no me imaginaba estando en el punto de mira. Tengo muchas discusiones con una amiga porque no creo en el destino. Para mí son cosas que te pasan porque tú las has trabajado. No sé si la vida me tenía preparado esto o no, pero me ha hecho verlo todo de otra manera y darme cuenta de que aunque haya llegado a lo más alto en mi carrera deportiva, hay mucho más. Me tengo que poner nuevos objetivos para volver a superarme a mí misma”

Semanas difíciles: “Estas semanas han sido muy difíciles. También el tener que contarlo una y otra vez me estaba haciendo mucho daño. Pero sé que lo tenía que soltar de alguna manera. Sigo trabajando en ello con la ayuda de mi psicóloga, con la que llevo muchos años. Para mí, la salud mental es tan importante como el entrenamiento diario, como las horas que tengo que dormir para poder salir al campo. Gracias a ella me siento fuerte y no estoy derrumbada o pensando en no querer jugar más a fútbol. No he perdido la ilusión”.

El 20 de agosto de Sídney: “Fue un día bastante duro, volvía después de todo lo ocurrido. Tampoco había visto a mis compañeras, ni me había puesto la ropa de la selección, ni la camiseta con la estrella. Salí de casa tranquila, luego tuve algún bajón, pero en general trato de estar contenta. Para una futbolista, no hay nada más bonito que poder jugar para su país”.

Vuelta a la rutina: “Siempre que llego a España, lo primero que hago es ir a casa de mis padres. Vienen mis tíos y primos, veo a mi sobrina, comemos cocido... Soy una persona muy familiar”.