"No debemos esperar a que ocurra algo aún más grave para tomar decisiones importantes", dijo el italiano en su primera rueda de prensa desde los incidentes que provocaron la suspensión del partido en el Vélodrome.
"Ocurrió algo inaceptable y no podemos dejarlo pasar", insistió, con el ojo izquierdo todavía hinchado y algunas de sus heridas ocultas por una gorra colocada sobre la cabeza. "Está mejorando, tiene que mejorar", añadió. A continuación, el entrenador italiano cuestionó el dispositivo de seguridad que se había puesto en marcha para este viaje de alto riesgo.
"Llegamos al estadio con una escolta formada por dos motos y dos coches de policía, y al final salimos con 25 furgonetas y 20 motos. Tengo la impresión de que intentamos hacer las cosas a posteriori, cuando las decisiones deben tomarse con antelación", incidió
"Quiero seguridad para todos", recalcó. "No se puede poner en peligro la vida de la gente por el bien del deporte". Grosso también "condenó", como ya había hecho su club, la actitud de algunos seguidores del Lyon en el interior del estadio, que hicieron saludos nazis y lanzaron gritos parecidos a los de un mono en dirección a los seguidores marselleses. Fue una "cosa mala " que no debe volver a ocurrir, dijo.
El partido entre Marsella y Lyon ha sido reprogramado para el 6 de diciembre por la Liga de Fútbol Profesional (LFP), aunque aún no se ha especificado el lugar.
Para el entrenador del Lyon, la atención se centra ahora en el partido del domingo entre el Lyon y el Metz, correspondiente a la 11ª jornada de liga, en la que el OL, último de la Ligue 1, necesita imperiosamente una victoria por primera vez esta temporada. "Al principio de la semana llegué, pero no dirigí el entrenamiento. Mis ayudantes trabajaron bien. Estaba un poco débil físicamente, pero por dentro soy un volcán todo el tiempo. Quiero hacerlo bien deportivamente para el club", concluyó.