¿Por qué logró Universitario el histórico título que le pone como el mejor club del Perú?

En la altura de Andahuaylas, Ayacucho, a casi 3.000 metros sobre el nivel del mar, Universitario de Deportes se erigió como el mejor club del fútbol peruano. Tras empatar sin goles ante Los Chankas y ayudados por la increíble derrota de Alianza Lima como local ante Cusco FC, los cremas ganaron el Torneo Clausura y, por ende, el título nacional. En la primera mitad de la temporada se llevaron el Apertura, por lo que cerraron el año de su centenario con el trofeo de la Liga 1, demostrando ser el mejor equipo de todos. 

Abrazados por el calor de los 8 mil hinchas que coparon el estadio de Andahuaylas, la 'U' finalizó el capítulo de su centenario con la misma solidez y determinación con la que inició el 2024 goleando 4-0 a Carlos Mannucci en Trujillo. Lo hizo con un 0-0 que siempre estuvo cerca de romperse del lado merengue. 

"El club está para pelear campeonatos siempre porque se hace cada cosa en su lugar. Está todo encaminado y se logra llegar a estas posiciones, que a veces te toca perderla. El camino que hace la ‘U’ es lo que lo lleva hoy a estar en esta posición", comentó tras el partido el técnico Fabián Bustos. 

Universitario ganó el Torneo Apertura por diferencia de goles ante Sporting Cristal y el Torneo Clausura por un punto por encima de Alianza Lima. Es decir, venció a los otros dos equipos más populares del Perú, a sus máximos rivales. Y demostró ser el mejor a lo largo del año por sus increíbles números: es el club con más triunfos, menos derrotas, menos goles en contra, el que más dejó su portería a cero y el único en ganar todo de local. 

"Fuimos, para mí, el mejor equipo del torneo. Hemos sido bicampeón en el año del centenario y para mí es el logro más importante de mi carrera", analizó Aldo Corzo, capitán del elenco merengue que levantó por segunda vez el título de la Liga 1 con la camiseta crema. 

Universitario, entonces, se proclamó bicampeón en el año de su centenario, algo que ningún club ha logrado. Además, se convirtió en el primer equipo peruano en levantar el título nacional en sus Bodas de Plata (1949), Bodas de Oro (1974), Bodas de Diamante (1999), víspera de su centenario (2023) y en su centenario (2024).

Un camino histórico

Después de haber salido campeones nacionales en 2023 venciendo, nada más y nada menos que, a Alianza Lima, su máximo rival, Universitario tuvo un inesperado cambio de líder. Jorge Fossati, el técnico campeón de ese año, dejó el club para tomar las riendas de la selección peruana. Y en su reemplazo llegó Fabián Bustos, un técnico de larga trayectoria y con experiencias exitosas en varios países. El argentino, con perfil docente, menos carismático que el uruguayo, pero también más flexible para ceder y adaptarse a las circunstancias, adquirió un equipo ya armado, con funcionalidades comprobadas y -sobre todo- con un modelo de juego efectivo.

El reto, sin embargo, fue mayor, pues a la exigencia de mantener el éxito que lo precedía, se sumaba la necesidad de evidenciar una evolución en la idea de juego. Bustos cumplió en ambos frentes. Y es que, además de sumarle mayor intensidad, esta U de Bustos fue completamente arrolladora en cuanto a la efectividad. Tuvo un Apertura casi perfecto y cerró un año impecable en condición de local, donde ganó los 17 partidos que le tocó en el Monumental.

Sólido en defensa, con un Britos enorme, y con una línea de tres que inventó Fossati, pero que Bustos se encargó de afianzar. Veamos. La U que empató este domingo en Andahuaylas tuvo a nueve titulares de la última final con Alianza Lima del 2023. Ante la ausencia de Piero Quispe, que emigró a México, llegó Jairo Concha. La otra variante fue la de Portocarrero, jugador fetiche de Bustos, en lugar que Cabanillas, quien estuvo en el banquillo.

Otro detalle: de los 4 cambios que hizo Fossati en la final en Matute del 2023, tres coincidieron con los que hizo Bustos ante Los Chankas. Calcaterra, El Tunche y Murrugarra. Las evidencias hablan de un trabajo que, más allá de hacer borrón y cuenta nueva, primó la adaptación de una idea y la capacidad de maximizar rendimientos.

Bustos hizo mejor al que fue el mejor equipo del 2023. Mantuvo la intensidad, el criterio y una idea de juego. Le sumó amplitud en el convencimiento a una forma de jugar que privilegiaba incluso a quienes tenían pocas opciones de entrar. Se acopló hábilmente a un vestuario construido por el éxito y cuyo requisito para seguir creciendo era encontrar un líder que supiera guiarles a dar un paso adelante. Si hay una diferencia fundamental entre Fossati y Bustos, es que el segundo supo consagrar la mejoría, cimentando su trabajo en una mezcla de exigencia, adaptabilidad y resultados.