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Un Girona efectivo acaricia la salvación a costa de un Elche digno pero sin gol (2-0)

David Alonso
Oriol Romeu sentenció el partido con su gol
Oriol Romeu sentenció el partido con su gol@LaLiga
Una buena actuación de un Elche que espera el acta de defunción definitiva no fue suficiente para lograr algún punto ante un Girona mucho más efectivo y con un portero mucho más solvente. Los goles de "Taty" Castellanos y de un brillante Oriol Romeu permiten al Girona acercarse más a la permanencia y hunden un poco más a un colista desahuciado que ya prepara su desembarco en Segunda División.

Sin gol no hay paraíso. Y si no hay portero ni siquiera purgatorio. Lo normal es caer en el pozo. El resto, el juego y las ocasiones falladas, son el aderezo del solomillo. Esa fue la cruz del Elche en el estadio de Montilivi, donde el  logró un ascenso hace 3 años y ahora certificó un descenso ya asimilado hace tiempo. El estadio vivía un ambiente de fiesta desde mucho antes del pitido inicial. La visita del colista, que sólo había logrado 13 puntos de 84 disputados, se presentaba como una invitación a disfrutar de una mañana de domingo relajada y sin complicaciones. Por si el triste bagaje ilicitano y el reciente empate en el Camp Nou fueran poco motivo para el optimismo, el rival se presentó sin Edgar Badía, su ángel de la guarda permanente bajo palos.

Muchos aficionados rojiblancos, con el equipo en la zona templada de LaLiga, lejos del abismo y del cielo europeo, intuían un partido plácido pero en el fútbol de Primera nadie regala nada, ni siquiera un enemigo moribundo al que falta ponerle los clavos en el ataúd antes del viaje al infierno. El orgullo del Elche pudo, de inicio, con la teórica superioridad de los locales. Se hizo con el mando del encuentro y dejó a su adversario mirando como el visitante circulaba el balón con precisión y alegría.  El aperitivo dominguero se empezó a indigestar en la grada a más de uno.

Estadísticas del partido
Estadísticas del partidoOpta by Stats Perform

La dignidad y el orgullo no garantizan resultados

El equipo alicantino está intentando mantener la dignidad en esta recta final para afrontar el descenso con la cabeza alta. La salvación queda a años luz y ni siquiera con Pelé, Di Stéfano, Cruyff y Maradona reencarnados en jugadores franjiverdes parecería un objetivo real. El plan de Sebastián Beccacece, sexto entrenador del equipo este curso, representado por el dueño del club, Christian Bragarnik, y con de pinta de guitarrista de grupo de rock, es preparar el futuro, afrontar el descenso con mentalidad positiva mientras va creando una sólida base que les permita un regreso a la élite lo más inmediato posible. Su misión es algo así como organizar un funeral con previsión mientras elabora un proyecto convincente para poder celebrar en un futuro próximo

En el minuto 14 hubo un cambio de Garcías en el Girona. Se marchó del campo Borja, lesionado, y entró Aleix, futbolista con una sensibilidad y un instinto especial al que tal vez un poco más de colmillo le vendría bien para aspirar a metas más ambiciosas. Justo después, el argentino Lucas Boyé intentó reencontrarse con el delantero que fue la pasada temporada pero su compatriota Gazzaniga, portero del Girona, evitó un gol que habría dado alas al Elche.

Cuando los locales intentaban despertar, al final de la primera parte, un activo Tete Morente dejó el balón a Gumbau, que volvió a poner a prueba a Gazzaniga. Fue un segundo aviso muy serio. El Girona parecía contra las cuerdas pero en el fútbol manda la eficacia y los de Míchel demostraron por qué en la tabla hay tanta diferencia entre ambos. Un centro medido de Toni Villa desde la derecha fue rematado de cabeza por “Taty” Castellanos y Axel Werner, portero de emergencia, justificó la titularidad indiscutida de Badía. Tras una primera parte ilusionante la realidad volvía a demostrarle al Elche su lado más oscuro. El buen juego y las opciones de gol no le impidieron irse al vestuario perdiendo. Es la eterna historia del perro flaco y las pulgas.

Oriol Romeu, un obrero con smoking….y con gol

Tras el receso, el panorama no cambió. El Elche encajó el golpe con resignación y continuó peleando con gallardía porque si en algo ha realizado un máster en la temporada de su centenario es en caer a la lona y volver a levantarse. Alex Collado, recién ingresado al campo, obligó a Gazzaniga a realizar su tercera gran parada en el minuto 53. La actuación de los guardametas explicaban el resultado. Míchel buscó un cambio de dinámica con la salida al campo de Miguel Gutiérrez, lateral izquierdo con el sello de calidad de “La Fábrica” y Valery Fernández, centrocampista catalán de la cantera.  

Funcionó a medias. El Girona atacaba sólo a ráfagas y mantenía la compostura sostenido por Oriol Romeu, un obrero con smoking. Su gran esperanza para rematar el choque era la inseguridad de Werner, cuyos nervios contagiaban a su defensa. Y por ahí llegó el segundo gol local. El veterano Romeu cambió martillo por pincel, se acercó al área del contrario y enganchó un magnífico zurdazo desde fuera del área que Werner sólo pudo seguir con la mirada antes de que tocase la red. Fue el chupinazo para el comienzo, ahora sí, de la fiesta en la grada.  El Elche, como los toreros poco avezados con la espada, se hundía tras realizar una buena faena mal rematada y con un guardián poco fiable en la portería. Para colmo de males, Eze Ponce fue expulsado por un pisotón fuera de lugar al defensor uruguayo Santi Bueno

En resumen, el Girona tiene al alcance la mano la salvación matemática para vivir un final de curso apacible y el Elche está a la espera de que el notario de LaLiga firme su acta de defunción definitiva. 

Jugador Flashscore del partido: Oriol Romeu 

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