Cuando era director de metodología de la cantera del Rayo, una de las más prolíficas de Madrid, era habitual que los jefes de captación del Real Madrid ordenasen el fichaje masivo de chicos de distintas categorías del Rayo. La práctica era continuada y se convirtió en costumbre. Por ese motivo, Míchel no tenía un gran aprecio al club blanco por la forma en la que operaban en categorías inferiores, aprovechando muchas veces el trabajo previo que hacían entrenadores y captadores del Rayo.
Eso cambió cuando el Real Madrid fichó a David Fernández, procedente del Espanyol y uno de los mejores ojeadores de España en categorías inferiores. David puso paz, llegó a un acuerdo con Míchel para restringir las incorporaciones procedentes del Rayo y avisando previamente al club. Entonces, las aguas turbulentas se calmaron. El Madrid, sin embargo, no pudo fichar a todos los canteranos rayistas que quiso.
Durante varios años intentó lleva a Valdebebas a los dos hijos de Míchel. Miguel Ángel, el mayor, diestro, y Alex, el menor, zurdo. Ambos demostraron su talento durante años en la Ciudad Deportiva del Rayo y rechazaron una vez tras otra las llamadas del Real Madrid. Míchel era un símbolo de Vallecas y no podía permitir que sus hijos se marchasen porque habría sido un mal ejemplo y un pésimo precedente para otros chicos y otros padres que recibían propuestas similares de diversas entidades.
Sus dos hijos, en Valdebebas
Cuando él salió del Rayo en 2019 para irse al Huesca no quiso frenar la progresión de sus hijos. Con su marcha hubo vía libre y ambos recalaron en el Real Madrid. Miguel Angel, el mayor, estuvo la última temporada en el Juvenil A y después se marchó con su padre y su madre a Girona para jugar en el equipo filial aunque tuvo mala suerte y se rompió el cruzado al poco tiempo de llegar. Alex, futbolista de zurda prodigiosa y muy buena planta, juega en el Juvenil C y vive en la residencia de Valdebebas.
Esa es su principal conexión con el Real Madrid. Aunque a él le paga un club que forma parte del grupo City y ayer dejó claras sus preferencias en la semifinal de Champions, Míchel sigue acudiendo a Valdebebas siempre que puede para ver los partidos de su hijo y está agradecido por el trato que está recibiendo. Otra cosa sería si Alex estuviese en el primer equipo porque la sangre tira mucho pero ese momento aún no ha llegado.
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