Toni Kroos decidió poner fin a su carrera como futbolista en un momento muy dulce, después de conquistar LaLiga EA Sports y la Champions, y el Real Madrid ha optado por asumir que en el mercado no había nadie que pudiera ejercer esas funciones. Pese a que está llamado a tener un rol secundario, puede que la continuidad de Luka Modric haya tenido algo que ver en este sentido, si bien es inevitable plantear la duda de si se trata de una decisión acertada.
En cualquier caso, la realidad es que el alemán ya es historia del club blanco y, con más o menos éxito, alguien debe asumir ese rol de liderar el juego de los merengues. Y es ahí donde emerge la figura de Fede Valverde, o eso puede vislumbrarse tras los primeros 180 minutos del nuevo curso (victoria por 2-0 ante la Atalanta en la final de la Supercopa de Europa y empate a uno contra el Mallorca en el arranque del campeonato doméstico).
Un todoterreno de nombre Fede
Todos los asiduos al fútbol europeo conocen a la perfección al centrocampista charrúa, pero la temporada 2024/25 puede servir para redescubrir a un jugador que debe ofrecer más cosas si cabe en los siguientes años -como si fueran pocas-. Renovado hasta el 30 de junio de 2029 y con un valor superior a los 100 millones de euros según Transfermarkt, su papel va a ser determinante de cara a la conquista de títulos.
Si algo acostumbra a hacer Valverde es estar en muchos sectores del campo. Sin embargo, una de las novedades es su presencia entre los centrales para sacar el balón jugado, un trabajo que desempeñaba Kroos. En la imagen superior se puede ver a la perfección con esa zona tintada de verde, lo cual quiere decir también que no es el espacio que más ocupó. Aún mantiene, como queda reflejado en el gráfico, esa libertad y anarquía en territorio rival, con tendencia a las bandas.
Criterio y solvencia
Da la sensación de que Ancelotti le pide más en fase de creación, pero ni mucho menos implica que renuncie a su estilo y a esa vocación ofensiva tan característica. La mayor prueba es lo ocurrido en el duelo frente a la escuadra de Bérgamo, con un gol marca de la casa (llegó al área pequeña desde la segunda línea y aprovechó una gran acción individual de Vinicius Júnior para anotar el 0-1). Su tanto fue clave e hizo que el rival perdiera la solidez en cuestión de segundos.
Fede erró sólo nueve pases contra los bermellones -tres de ellos en el terreno del Madrid-, de modo que se mostró fiable en ese aspecto, aunque siempre va a salir perdedor en la comparativa con Toni -igual que este último en velocidad o fuerza-. Siempre y cuando esté Modric sobre el verde, esta función debe recaer sobre el croata; mientras que Tchouaméni, por el contrario, no parece capaz de llevar el timón de un transatlántico en el cual cada error es una losa de grandes dimensiones.