Después de un año muy bueno en Girona tras su gran aventura en Inglaterra, Romeu sabe que está ante la oportunidad de su vida.
Sí, tiene que suplir a un insustituible. Pero está dispuesto a mostrar que, con sus virtudes y cualidades, puede aportar mucho para que el Barcelona siga ganando títulos. "El valor que tiene volver es inmenso, lucir de nuevo esta camiseta significa mucho. Ahora tengo el reto de ayudar al equipo a cumplir un gran año y empezar a dar un gran rendimiento desde el minuto uno", ha comentado a los medios del club.
Su adaptación pasa por emular, y no es sencillo, el papel de Busquets. "Su capacidad de dar tranquilidad y equilibrio al equipo es admirable, como su constancia y rendimiento. Apenas recuerdo un partido malo de Busquets. Es un ejemplo a seguir, a todos los profesionales que nos gusta la posición de pivote lo hemos tenido como referente. Volver al club y llenar de la mejor forma posible esta posición, es un gran reto".
Gündogan, otro referente
No estará solo en esa faceta del centro del campo. Otro veterano como Ilkay Gündogan seguro que le echará una mano... o incluso dos. "Gündogan es muy inteligente, recibe muy bien entre líneas y siempre se orienta hacia la banda donde está el espacio, costaba mucho detenerlo cuando jugábamos contra él. Me parece un gran fichaje, tendrá un rendimiento inmediato y cumplirá un gran año", ha pronosticado.
Ahora, lo tendrá de amigo y no enfrente, y eso, junto a la plantilla campeona de Liga, considera Oriol Romeu que obliga al Barcelona a dar un paso más, Champions incluida. "El objetivo es luchar por todas las competiciones y ser un equipo con una identidad clara que ataca a los rivales, que es dominante y agresivo, con una ambición muy elevada. Con la plantilla que hay y el equipo que estamos haciendo y la forma con la que queremos jugar, no podemos pensar en otra cosa que no sea ganarlo todo".