En El Sadar, la casa de Herrera, cuchillo de palo para la Real Sociedad (1-1)

César Suárez

Sadiq lucha por un balón con Mojica, que después se lesionóAFP

Osasuna y Real Sociedad se repartieron los puntos en El Sadar en un partido de alta intensidad, con goles de calidad, con dos lesiones preocupantes y con dos porterazos, especialmente Herrera, que siguen llamando a las puertas de la selección. Lo único que no dejó satisfechos ni a unos ni a otros fue el resultado. Los navarros, porque sólo han ganado un partido como local. Los vascos, porque pierden comba con los de arriba.

No hay mejor manera que ponerte por delante nada más comenzar un partido. Lo saboreó Osasuna cuando, a los dos minutos, Moi Gómez firmó el 1-0 tras una gran combinación de Areso y Rubén García, y otra enorme acción de Budimir, protector del balón y asistente del gol.

La reacción de la Real fue la esperada para un equipo con la calidad y confianza de los de Imanol. Catena se complicó en la salida, Sadiq lo aprovechó para probar los guantes de Herrera y el rechace lo capturó Barrenetxea, quien a su vez se encontró a un imperial David García. No fue lo más negativo para el bueno de Barrene que, unos minutos después, se tuvo que retirar con una lesión de tobillo. Preocupante.

El misil de Sadiq

Entró Zakharyan, pero a la Real le costaba encontrar espacios en la bien armada defensa rojilla. Sólo a balón parado generaba algo de peligro. La mejor ocasión la disfrutó Sadiq, entrando en el segundo palo tras un córner, pero Mojica le robó el tesoro in extremis. Quedó el nigeriano disconforme, con el escozor de haber fallado el empate. Y se quitó ese picorcillo poco antes del descanso con un golazo pleno de habilidad en el regate, de potencia en la conducción y de violencia en el disparo desde la frontal. Golazo para poner el 1-1.

El misil se le indigestó a Osasuna, que pidió a gritos el descanso para el daño no fuera mayor y pudiera resetear de cara al segundo tiempo.

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Turno de porterazos

Y lo consiguieron. Los locales regresaron al campo con mayor ímpetu y claridad de ideas. Moi fue quien tuvo la primera oportunidad, pero Remiro demostró su gran nivel en la portería. Pero para paradón, mejor en plural, paradones, los de Herrera. La Real había recuperado el control y fue encerrando al rival, desconfigurando su sistema defensivo y encontrando líneas hacia la meta navarra, donde Sergio Herrera se hizo, como en cada partido, internacional. Despejó el disparo de Kubo y se levantó con una agilidad gatuna para rechazar el testarazo a medio metro de Mikel Merino.

Llegaron los cambios, pero insistió con su fórmula el cuadro txuri-urdin, aunque sin ocasiones tan claras como las anteriores. Y con el riesgo de que, volcado en la búsqueda de la victoria, Osasuna, con sus hombres de refresco, salía con velocidad a la contra. Al final, nada de nada en ninguna de las áreas y tablas en El Sadar.