La ambición es un factor determinante para triunfar en la vida. También en el deporte. Así se demostró en La Cerámica. La primera parte fue del Villarreal, que buscó la victoria con sus virtudes, sin especular ni esperar el fallo del rival. La segunda fue del Celta, que por fin olvidó la racanería y se puso a jugar, que también sabe.
Fue un encuentro agradecido para el espectador, con múltiples ocasiones. A los dos minutos ya tuvo que intervenir Guaita para evitar el primero tras un cabezazo de Sorloth. Y poco después, otra intervención para despejar un disparo de Baena, cuyo rechace lo estrelló en el palo Ilias. Se olía el gol en La Cerámica... y a los 12 minutos lo firmó Pedraza. Jugando más adelantado de lo habitual, el internacional soltó un zurdazo en diagonal que se coló como un misil. Por desgracia, no pudo celebrarlo demasiado, pues se lesionó un rato más tarde.
Gol y lesión
Su sustituto, el canterano Carlos Romero, pudo emularlo, pero de nuevo Guaita apareció prodigiosamente para negar el segundo. El Celta apenas salía de su campo. Es lo que tiene. Renunciar al balón y defender con el trasero pegado a tu portero tiene su riesgo. Y luego, si recuperas la posesión, te quedan demasiados metros hasta llegar a tu destino. Así que Jörgensen se aburría de lo lindo.
No como su colega de enfrente, que vio cómo Mandi perforaba su meta antes del descanso. Parejó botó una falta, Sorloth dejó el balón en el corazón del área, Baena disparó, Guaita despejó y Mandi, que se quedó por ahí, remató a placer casi sin querer. 2-0 y al vestuario.
Revolución y reacción
Ya sin nada que perder, Rafa Benítez cambió de idea y realizó un triple cambio. Pero en la primera acción de la segunda parte, el árbitro apreció falta dentro del área de Kevin a Alberto Moreno cuando éste ya iba a encarar a Guaita. Parejo lanzó el penalti y anotó el 3-0.
Aunque fuese por orgullo, el Celta no se rindió, lo que es de agradecer. Un mal despeje de Romero se convirtió en una asistencia al segundo palo que Douvikas se encargó de convertir reduciendo distancias.
Se le aparecieron los fantasmas al Villarreal y se crecieron los vigueses, demostrando que, si quieren, pueden jugar muy bien al fútbol. Fruto de una buena asociación, fue Dotor quien asistió a Larsen para que el noruego estableciera el 3-2. Dos goles en cinco minutos... y con más de media hora por delante para intentar la machada.
Sin tiempo para pestañear, Jörgensen evitó el tercero con una parada de balonmano a remate de Larsen. Hubiera sido el acabose para los de Marcelino, que eran un manojo de nervios.
Media prórroga de añadido
Con el Celta volcado en ataque en busca del empate, hundiendo al submarino hacia el fondo de su área, el árbitro quiso batir un récord añadiendo ¡15 minutos! a los 90 reglamentarios.
Pero aguantaron, no sin sufrir, a pesar de que el campo parecía inclinado hacia su propia portería, de los contínuos y buenos centros de Mingueza y Manu Sánchez, de la amenaza de Larsen y Douvikas, de Bamba y Dotor. Mereció más el cuadro gallego y lo hubiera conseguido si no hubiera tirado por la borda los primeros 45 minutos. Ni con 105 pudo revertir el marcador.
Jugador Flashscore del partido: Dani Parejo (Villarreal).
Todos los detalles y estadísticas del Villarreal-Celta, en Flashscore.