Se trata de una operación para consolidar, como ha asegurado el club hispalense, "su estabilidad financiera a corto, medio y largo plazo, y que le permite acometer con plena eficacia su plan estratégico".
Con esta financiación, que se une a las que ya, a corto plazo, disponía, la entidad no tendrá que realizar ampliaciones de capital ni tampoco utilizar las denominadas 'palancas' que, en su día, utilizó el Barcelona vendiendo activos o derechos de explotación audiovisual.
Para poner en contexto su situación económica, el Sevilla ha recordado que "el Covid tuvo un impacto negativo de 75 millones de euros a lo largo de varios ejercicios, según la firma de auditoría EY. Este impacto llegó en un momento en el que la inversión en el área deportiva estaba en niveles récord, con una primera plantilla cuya masa salarial llegó a superar los 200 millones de euros en la temporada 22/23, aunque permitió a la Entidad conseguir grandes hitos deportivos".
"Es una solución coherente y adecuada, que permite afrontar con plenas garantías los próximos años", ha afirmado Del Nido Carrasco.
Estabilidad financiera y una plantilla competitiva
Con estos 108 millones de euros obtenidos, el club andaluz se asegura "un entorno de estabilidad financiera, generando de nuevo fondos propios que refuercen el balance de la sociedad", añadiendo que ya trabaja "con plenas garantías en la configuración de plantillas competitivas y eficientes y con gran potencial de revalorización, volviendo así a nuestras señas de identidad".
Entre ellas, se contempla el aumento de ingresos en áreas como la digitalización, el márketing, la internacionalización y el retail (a través de la red de tiendas físicas y virtuales). Y sin olvidar la posibilidad de volver a buscar financiación, "aunque no parece necesarios en estos momentos", para, por ejemplo, remodelar el Sánchez Pizjuán.