El Panda deja atrás su letargo y recupera la sonrisa a base de goles
Borja Iglesias ha vivido una experiencia agridulce e incluso irregular en el conjunto sevillano. Tras superar un primer curso difícil, empezó a justificar su fichaje a base de goles -llegó a 15 en una misma edición de LaLiga EA Sports-. Sin embargo, perdió protagonismo en la primera mitad de la campaña anterior y salió cedido al Bayer Leverkusen, que entonces aspiraba al triplete -finalmente ganó la Bundesliga y la DFB Pokal-.
El interés de Xabi Alonso en el internacional español sorprendió en cierta manera porque la dinámica positiva del cuadro germano contrastaba con la sequía del jugador, que reconoció no esperar esa llamada. El mercado de invierno tiene bastantes peculiaridades y diferentes circunstancias -entre otras, la lesión de larga duración de Victor Boniface- dieron pie a este movimiento. Sólo jugó en nueve ocasiones y fue incapaz de ver portería.
Ni siquiera las salidas de Ayoze Pérez y Willian José hicieron que Manuel Pellegrini se decantara por mantener al Panda en sus filas, que optó por salir de nuevo en calidad de préstamo. Y no a un lugar cualquiera, sino al Celta de Vigo, club en el cual empezó a dar sus primeros pasos como profesional. Cerca de casa -nació en Santiago de Compostela- y de vuelta a los orígenes, el ariete ha recuperado la sonrisa.
Entre junio de 2023 y agosto de 2024, hasta que frenó la mala racha el día 26, anotó apenas un par de dianas (al Aris de Salónica en la Europa League y al Villanovense en la Copa del Rey). Pero todo ha cambiado tras su aterrizaje en el Celta de Vigo, ya que ha marcado por partida triple en este inicio de campeonato -ante Villarreal, Osasuna y Valladolid-, de modo que ha necesitado menos de un mes para superar un letargo que le acompañaba desde hacía tiempo.