El cabreo de Ancelotti con la posición de Tchouaméni, Camavinga y los centrales
El blanco de sus instrucciones fue, sobre todo en la primera mitad, fue Tchouaméni. Él fue el elegido para incrustarse como un central más a la hora de sacar el balón jugado desde atrás. Pero por falta de costumbre o de confianza, cuando el Madrid no tenía la bola, se quedaba allí dejando un vacío entre líneas que Camavinga no podía cubrir.
En resumen, un desastre a nivel defensivo que si no llega a ser por Courtois y su parada milagrosa de cada día, ya habría costado un gol antes de los 10 minutos. Y claro, Ancelotti lo veía e intentaba corregir posiciones, pero no había forma de hacerse entender. Así que Camavinga también sufrió alguna bronca por no llenar ese espacio.
"Tchouaméni, con balón, estaba entre los dos centrales y ahí hemos tenido un problema de equilibrio en la primera parte porque sin balón tenía que adelantarse y ahí nos hemos desdibujado un poco. En la segunda parte cambiamos un poco y Tchouameni estuvo más a la derecha", explicó al finalizar el encuentro.
Ahí reconoció que faltaba conexión y entendimiento con Militao, Rüdiger y Camavinga. "Lo que no hemos trabajado era la pérdida del balón del rival, que Tchouaméni se adelantaba y los centrales se quedaban atrás. Ahí sufrimos a la contra. Con un dibujo distinto del equipo rival se puede jugar con el pivote delante de los dos centrales".
Una llamada de atención del italiano que, aun así, acabó satisfecho por el resultado final, aunque no por el juego desplegado por su equipo ante el Celta.