Suena la sirena de la ambulancia en el Power Horse Stadium. Ningún percance grave. El sonido no es literal, más bien figurado. Hay urgencias por conseguir la ansiada victoria. El Almería está en la Unidad de Cuidados Intensivos y recibe la visita de un enemigo que, además, llega dispuesto a alejarse del hospital. El Mallorca está lejos del edén y aún tiene mucho trabajo por delante, pero ya quisieran los indálicos estar en esa situación.
Sólo siete minutos pasaron desde el pitido inicial hasta que Cyle Larin, principal encargado del gol ante la ausencia de Vedat Muriqi, gozó de la primera ocasión del partido. El ex del Valladolid, tan lento como torpe en la definición, remató sin convicción. Javier Aguirre, ya acostumbrado, se desesperaba en el banquillo pese al buen arranque de su equipo. El propio canadiense, esta vez desde el suelo, falló de nuevo con un remate muy forzado.
Faltó ritmo hasta el paso por vestuarios porque hubo algunas interrupciones. De la lesión de Oscar Mascarell recién superada la media hora de juego a las dolencias de Lucas Robertone, que abandonó el terreno de juego al descanso y dejó su puesto a Largie Ramazani. Gaizka Garitano, insatisfecho con la actuación de los suyos, acompañó esa modificación con otras dos más (también entraron Idrissu Baba y Gonzalo Melero).
Llabrés tuvo la llave
Es sencillo empatizar con el técnico vasco: los bermellones estuvieron mucho más cómodos, un contexto que no cambió en la segunda mitad, y gozaron de un buen puñado de ocasiones para marcar. Samú Costa, que volvía a la que era su casa hasta hace sólo unos meses, amenazó por partida doble: primero cazó un balón muerto en el área (Luis Maximiano respondió con una fantástica parada) y luego cabeceó sin encontrar portería en una acción de estrategia.
Los locales tardaron 48 minutos en tirar al arco defendido por Predrag Rajkovic, que detuvo con solvencia un golpeo de Leo Baptistao. Aquello fue casi un espejismo, ya que los rojiblancos tuvieron serias dificultades para hacer cosquillas a la zaga visitante. Ni siquiera la ausencia de Martin Valjent, pieza clave en el once, y el contratiempo anterior incomodaron más de la cuenta al cuadro bermellón, que suma 15 puntos -diez más respecto a su rival y dos sobre el descenso-.
La afición acabó descontenta por la actuación de González Fuertes, que decidió dejar sin castigo un posible penalti sobre Lázaro Vinicius y anuló un gol en los compases finales. Ambas jugadas coincidieron con el mejor momento del colista, que tardó demasiado en actuar con la suficiente verticalidad ofensiva. El premio es insuficiente, pero pudo difuminarse por completo si Javi Llabrés hubiera rematado como un jugador de Primera en el tiempo de descuento.
Jugador Flashscore del partido: Samù Costa.
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