Cabeçao, el brasileño que inauguró una saga que continúa con Vitor Roque
Vitor Roque participó este viernes en su primer entrenamiento con el Barcelona y es el gran foco de atención de cara a los siguientes compromisos. Eso sí, llega a la Ciudad Condal sin mucho ritmo de competición debido a una lesión que superó semanas atrás y tampoco cuenta con experiencia en Europa, de modo que no parece buena idea cargarle de responsabilidad. Xavi Hernández será el encargado de gestionarlo.
Incluyendo al ex del Atlético Paranaense, ya son 47 los brasileños que han militado en la entidad culé, con Ronaldinho, Romário, Rivaldo y Ronaldo como principales referencias. Evidentemente, también hay futbolistas que pasaron sin pena ni gloria, véase el caso de Roberto Dinamite, que se incorporó en la temporada 1979/80 y no pudo rendir como en el Vasco da Gama -allí sigue teniendo la vitola de leyenda-. Falleció a principios de 2023 por un cáncer en el intestino.
Pero el primero de todos fue Lucidio Batista da Silva (otros dos compatriotas, Fausto dos Santos y Jaguaré Becerra, se pusieron la camiseta antes, aunque sólo en amistosos porque la normativa de entonces no lo permitía en partido oficial). Nacido en Río de Janeiro el 25 de noviembre de 1922, jugó en Palmeiras y Peñarol antes de recalar en la Ciudad Condal allá por 1947. Según cuenta el propio Barça, destacaba "por su talento natural y por su gran técnica".
Del balón a la porra
Cabeção no sólo llamaba la atención dentro del terreno de juego, también lo hacía fuera del mismo. O eso aseguraban sus coetáneos. Le sobraba talento y le faltaba sacrificio, por lo que no marcó una época precisamente. Aun así, anotó tres tantos que contribuyeron a la consecución del título liguero. El hecho de competir por la titularidad con César Rodríguez, segundo máximo goleador histórico del club, tampoco ayudó.
Lucidio estuvo sólo una temporada en tierras catalanas. De allí puso rumbo al Oporto, aunque su experiencia en el país vecino acabó bastante pronto. Colgó las botas con sólo 27 años tras regresar al Verdão. Y lejos de tener la vida resuelta a nivel ecónomico, empezó a trabajar como agente de la policía de la brigada de costumbres y espectáculos en São Paulo, donde falleció en agosto de 2005, sólo medio año después de que naciera Roque.