A falta del gol de Mbappé en su debut en el Bernabéu, el Madrid sonríe con el de Endrick
Incómodo, siempre vigilado y sin espacios para romper con su velocidad y potencia descomunales. Así estuvo Mbappé ante el Valladolid, como un animal salvaje enjaulado, sin poder sacar sus garras ante el enemigo.
A veces bajó unos metros para recibir, siempre de espaldas. En otras se fue a su hábitat natural en la izquierda, el de Vinicius, pero tampoco encontró huecos por allí. Y aunque tuvo un par de remates, y una enorme oportunidad a servicio del propio Vini, Mbappé se marchó sin marcar en su estreno madridista en casa.
Era el minuto 86 cuando el francés, frustrado, dejaba su sitio a Endrick, más habituado, porque lo es, a ser delantero centro. Cuando el partido ya expiraba, a un minuto del final del añadido, en el 90+5, recibió en la frontal de Brahim -que también se lució con un gol de crack-, amagó con irse por dentro, se hizo espacio hacia afuera y soltó un derechazo ajustado al palo que se convirtió en el definitivo 3-0.
No sólo era su debut en el Bernabéu, como Mbappé, sino también en partido oficial con la camiseta blanca, pues se quedó sin actuar en la Supercopa y en la primera jornada. Pide paso y pronto el jugador extranjero más joven en marcar con el Real Madrid en LaLiga con 18 años y 35 días.