La recuperación a nivel mental era clave de cara a luchar con garantías en el pulso ante Alemania. Las campeonas del mundo, que se han acostumbrado a encadenar victorias en el último año, aspiraban al oro y fueron claramente superadas en un encuentro de infausto recuerdo y en el que afloraron todas las carencias. Las jugadoras, por si fuera poco con el mazazo de caer y hacerlo de esa forma, han recibido críticas feroces.
España salió con su idea habitual: abrazar la posesión, lo que resultó un poco más difícil al principio, y minimizar las pérdidas para evitar los contragolpes. La presencia de Alexia Putellas, Aitana Bonmatí y Jenni Hermoso en el once inicial -algo inédito en los Juegos Olímpicos de París y poco habitual de por sí- debía garantizar el control del juego. La mexicana Katia García Mendoza, encargada de impartir justicia en el hogar del Olympique de Lyon.
A la madera por partida doble
Klara Buhl, que antes había superado a Oihane Hernández con un caño espectacular, puso a prueba la confianza de una Cata Coll muy errática ante la Canarinha. La pérdida que cometió Laia Aleixandri en el centro del campo era lo que no podía repetir la selección si quería conservar todas sus opciones de éxito. De ese pequeño susto se pasó al tiro de Tere Abelleira al larguero en una falta muy lejana que elevó las pulsaciones de Ann-Katrin Berger.
Otra vez, la centrocampista del Real Madrid filtró un maravilloso pase a Athenea del Castillo en una acción invalidada por la posición antirreglamentaria de la cántabra. A medida que avanzaba el encuentro, la actual Balón de Oro, que llevaba un aparatoso vendaje en el muslo, fue ganando confianza y empezó a acercarse a su versión más excelsa. Una sensacional asistencia a Salma Paralluelo pudo traducirse en el 1-0.
La atacante maña, sin la chispa de antaño, volvió a estar muy lenta a la hora de iniciar la carrera hacia la portería rival. Putellas había encontrado el hueco entre la zaga germana en una jugada que ni siquiera acabó en remate, todo lo contrario respecto a la que protagonizaron Aitana y Jenni después. Un brillante y delicado golpeo de la catalana se estrelló en el travesaño, mientras que una zaguera se interpuso en el intento de la '10'.
Un error letal
La segunda mitad arrancó en una línea similar: con otro regalo de Bonmatí a una errática Salma que volvió a tomar la peor decisión. Aun así, era la mejor forma de volver tras el período de asueto. El dominio de la Roja experimentó un pequeño paréntesis con otra llegada por la banda izquierda, lo que acabó en un remate ajustado de Janina Minge, y a través de un cabezazo de Giulia Gwinn que se marchó desviado.
Recién superada la hora, en una acción aislada, la guardameta mallorquina cometió la imprudencia de salir a chocar con la atacante rival sin levantar siquiera los brazos en un balón aéreo. Quizá influenciada por la fractura de nariz que sufrió ante Colombia, no acudió al duelo como debía -rehusó la máscara en este partido- y atropelló a la citada Gwinn, que mandó el cuero a la red desde los 11 metros. Igual que en las eliminatorias anteriores, había que remar a contracorriente.
Ni oro ni plata ni bronce
Olga Carmona y Mariona Caldentey -luego lo hicieron Lucía García y Patri Guijarro- entraron al verde en busca de la reacción. Justo antes de esas dos primeras sustituciones, Lea Schüller tuvo en sus botas un mano a mano para sentenciar el envite después de que aprovechara los espacios a la espalda de la lateral vasca. El pie salvador de Cata mantuvo con vida a las vigentes campeonas del mundo, que nunca han vencido al cuadro germano.
No tardó en notarse la irrupción de Olga, que centró a las mil maravillas para servírsela en bandeja a Jenni, quien estaba libre de marca y, desde dentro del área, no pudo enviar el cuero a la red tras un testarazo con bote incluido. Hubo alguna llegada más, en parte por el elevado número de futbolistas que Tomé juntó sobre el césped, aunque ninguna comparada con la pena máxima que le detuvo Berger a Alexia en el 98'.
Jugadora Flashscore del partido: Ann-Katrin Berger.