El Atalanta se estrella con los postes en Lisboa; todo queda para la vuelta (1-1)
Si algo hubo en el choque entre Sporting y Atalanta fueron espacios. Ambos contendientes dejaron al descubierto algunos defectos en su posicionamiento. Amorim y Gasperini, al fin y al cabo, son aficionados a la defensa de tres y a las constantes subidas y bajadas de defensas y centrocampistas ofensivos. Por eso, a pesar del resultado final de 1-1, el partido se caracterizó por una gran cantidad de ocasiones creadas, sobre todo en la primera parte.
Para calentar motores, llegó el gol de Paulinho en el minuto 17 en un contragolpe, con la defensa nerazzurra demasiado expuesta en una transición vertical en la que el lateral izquierdo verdiblanco fulminó a un inocente Musso, hoy de nuevo titular.
El Atalanta, sin embargo, no se rindió, y demostró tener un espíritu indomable, intentando de nuevo marcar pero encontrando el poste dos veces en pocos minutos, primero con Holm y luego con Scamacca.
Este último, sin embargo, sería en gran parte responsable de la igualada de los bergamascos, al encontrar el gol del empate con un preciso zurdazo a la escuadra desde el borde del área, tras una salida desacertada del portero portugués después de una acción errónea en la salida del balón.
Polo y contrapolo
Así pues, los numerosos errores de ambos equipos se compensaron al final de la primera parte, aunque el Atalanta no obtuvo su merecida recompensa tras un asedio que se prolongó durante los últimos veinte minutos del primer tiempo. Lookman y Scamacca volvieron a intentarlo.
Al delantero centro romano se le resitió el gol con una soberbia intervención de Israel, el guardameta rival, que alejó el balón de la portería con la falange de su mano derecha tras un cabezazo de Scamacca a la esquina inferior derecha.
Al cuarto de hora de la segunda parte, fue Lookman quien intentó dar el acelerón decisivo, con una espectacular jugada de espaldas a la portería. Una parada para irse del marcador directo y luego un regate tras el que estampó el balón en el poste tras superar a Israel, sumando así el tercer palo golpeado por el conjunto bergamasco.
Coates replicó poco después con un remate de cabeza, en el que Musso acompañó el balón con la mirada para acabar desviándolo. A quince minutos del final, sin embargo, fue Kolasinac quien desaprovechó increíblemente al desviar con la cabeza un lanzamiento de falta ejecutado desde la derecha. El ritmo decayó con el paso de los minutos, y ambos equipos casi parecían conformarse con el empate.
Todo se decidirá en Bérgamo, donde Gasperini podrá contar con un público siempre cálido, que incluso en el José Alvalade hizo sentir su apoyo. Para seguir adelante en la Europa League, todos tendrán que estar en plena forma, los aficionados en primer lugar. Pero, sobre todo, habrá que cambiar las porterías.