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La contracrónica del Alemania-Hungría: Jugar con Gündogan y Musiala es trampa

César Suárez
Gündogan celebra su gol
Gündogan celebra su golAFP
Nueva victoria, sencillita habría que decir, de Alemania ante una Hungría que no arriesgó en absoluto incluso cuando perdía 2-0. Se trata de ganar jugando, no de encajar los menos posibles. A no ser tengas un complejo de inferioridad tal que seas incapaz de salir de tu cueva. Marco Rossi sabrá lo que hace con los suyos. O no.

Nagelsman, por ejemplo, sí que sabe lo que hace. Pone a los buenos y que hagan lo que tienen que hacer. Kroos, a mandar. Neuer, a parar. Musiala, a divertirse. Gündogan, a hacer lo que le dé la gana.

Gündogan, el futbolista total

Tiene el Barça un tesoro y no sé si lo aprovecha bien. El Ilkay de Alemania es mucho mejor, sin estar sujeto al centro del campo, se suelta más, llega más al área contraria y eso le permite ser una mayor amenaza para el rival. Consecuencia: un gol y una asistencia. Ataca, defiende y todo lo hace bien. Claro que tener de escudero a Kroos ayuda mazo. 

Musiala, un mago del balón

No estuvo tan brillante Alemania como ante Escocia. Es lo que pasa cuando el rival pone algo de resistencia. Pero siempre puede recurrir a alguna individualidad. Y ahí quien más destaca es Musiala, que lo mismo sale por la izquierda que por la derecha, que te amaga, te esconde la bola y te la hace aparecer a tu espalda. Es como un ilusionista que incluso hace cantar gol a miles de aficionados aunque su disparo salga fuera. Y claro, también sabe hacer goles. Ante Hungría, otro, ya lleva dos. 

Neuer, a pesar de las críticas

Me recuerda a los tiempos de Zubizarreta en España cuando el seleccionador, Javier Clemente, se empeñaba en que fuese su portero en la selección cuando su mejor momento ya había pasado y las críticas eran cada vez más feroces. Sus errores le costaron un temprano adiós al Mundial 98.

Pero Neuer, de momento, aún tiene cuerda. Da igual que lo haga mejor o peor. Va a seguir siendo el guardameta titular de la Mannschaft hasta que él quiera porque Nagelsman no lo va a quitar, mal que Ter Stegen trague sapos y culebras por su boca. Pero ante Hungría sí que recordó sus mejores tiempos. 

De momento, ya ha igualado el récord de 17 partidos disputados por un cancerbero en una Eurocopa, que estaba en posesión de Buffon.