Incidentes violentos antes del partido entre Rosario Central y Peñarol
El cruce se produjo poco más de una hora antes del inicio del partido, una vez que la afición visitante fue alojada en la parte baja de la tribuna Génova del estadio El Gigante de Arroyito.
No tardaron en producirse los hechos violentos, ya que las barrabravas de Peñarol arrojaron bombas y petardos a los seguidores locales, mientras que estos últimos aprovecharon la ausencia de policías, tomaron tres vallas metálicas de protección y las lanzaron hacia la tribuna, sin alcanzar a ninguna persona.
Las autoridades intervinieron de inmediato con algunos disparos a modo de disuasión y un grupo de efectivos realizó un cordón para evitar que los de Central se acercaran a la parte inferior, y la calma se restableció en medio de un clima de tensión.
En principio, el choque no registró heridos de gravedad, mientras que algunos hinchas charrúas que saltaron al terreno de juego fueron capturados por la Policía.
No fue la única nota de violencia durante la noche, ya que, al terminar el envite, el jugador Maximiliano Olivera fue herido cerca del ojo izquierdo tras recibir un piedrazo.
Olivera se sometió a diversos estudios y luego recibió el alta.
"Estoy bien. Más allá del dolor y unos puntos de sutura, todo bien (...) Con mucha bronca por el pésimo trato que recibió nuestra hinchada, nuestra gente. Una VERGÜENZA", escribió Olivera minutos después en la red social Instagram.
Antes de que tuviera lugar esta situación, Rosario Central había advertido a los suyos de "posibles sanciones de Conmebol en caso de incurrir en conductas inadecuadas durante el partido".
A partir de estos hechos de violencia, el club queda expuesto a la posibilidad de una fuerte sanción.
Las estadísticas del choque (1-0) están disponibles en Flashscore.