Edson Álvarez: el símbolo de México que se despide de la Copa América
A Edson Álvarez le fascinan las enchiladas con crema. No puede evitar acordarse de su abuela cada vez que se las prepara su madre Adriana. Como si fuese todavía aquel niño al que llevaba caminando para que jugara, ella se sienta a su lado y lo ve comer.
De origen humilde, el Machín -como le dicen quienes lo vieron crecer en esas calles cuarteadas y versátiles de Tlalnepantla, en el ajetreado y lastimado Estado de México- entendió dos cosas muy rápido: había que esforzarse y tener paciencia, mucha paciencia.
Evaristo, su padre, está convencido hasta la fecha de que su hijo nació para ser el futbolista profesional preponderante en el que se ha convertido. “Siempre tuvo estrella o algo que lo hace diferente”, dice siempre con orgullo.
Ese hombre curtido en esfuerzo que supo criar a su hijo bajo los parámetros de que nada en la vida es gratis, tuvo claro lo especial que era su hijo al recordar cuando le ayuda sin queja alguna a la confección de uniformes de fútbol que después él vendía a los equipos de una liga amateur.
Al poco tiempo, luego de verlo varias veces entregado a la pelota en esos días de partidos con sus amigos en populares canchas de tierra, donde ya mostraba un liderazgo natural y mucha inteligencia, Evaristo le avisó a Adriana que se preparara porque el hijo que les había cambiado la vida iba a ser futbolista profesional; y uno bueno de verdad.
Pero Adriana, con el talento único y extrasensorial de cualquier madre mexicana, ya sabía que su niño, como le dice hasta la fecha, estaba destino al éxito, desde que se encargaba de coser los uniformes que su marido diseñaba y cortaba, con el pequeño a su lado mientras le contaba cada uno de sus sueños, incluido el de jugar fútbol para toda la vida.
No obstante, a pesar de que ambos lo tuvieron claro desde siempre, cuadro días después de que Edson celebrara su cumpleaños 19, Adriana y Evaristo no pudieron contener el llanto cuando lo vieron debutar en Primera División. Menos de dos años después, llorarían otra vez al verlo disputar su primera Copa del Mundo vestido de verde.
De México a Europa
A partir de entonces, todo ha ocurrido muy rápido. Edson fichó por el Ajax de Ámsterdam, club al que llegó como una promesa. No tuvo que pasar mucho tiempo para que la repleta Arena Johan Cruyff cantara su nombre mientras las banderas mexicanas atiborraban la tribuna. El cariño fue tal, que cuando tocó despedirlo al ser traspasado al West Ham de Inglaterra, el equipo de Países Bajos le dedicó un emotivo video que hizo llorar a Edson y también a sus padres.
Y aunque el mediocampista mexicano ha sabido mantener los pies en la tierra, mientras disfruta todo lo que vive en Europa, no le dio la espalda al reto más complicado que ha tenido en su carrera: asumir el rol de líder en una selección que tiene como máximo referente a un veterano Guillermo Ochoa en el arco, y que se ha quedado sin la personalidad de Andrés Guardado, pero sobre todo la de Rafael Márquez, la figura más preponderante en la historia del fútbol mexicano, junto a Hugo Sánchez.
Aunque el verdadero reto no solo fue el hecho de asumir un papel más preponderante en el cuadro nacional, desde su innato liderazgo, sino hacerlo en un entorno adverso. Va a ser muy difícil que Edson llegue a perdonar un día a Gerardo ´Tata´ Martino por dejarlo fuera del cuadro titular en el trascendental partido frente a Argentina en Catar 2022, justa en la que el cuadro azteca se fue eliminado en fase de grupos.
Tras siete Mundiales consecutivos superando la primera ronda, el adiós prematuro de Catar provocó un terremoto de reclamos por parte de la gente y un intento de renovación en el seno de la selección con nombres que no provocan la ilusión de otras generaciones.
Aún así, consciente de todo lo que había alrededor, Edson tomó las riendas y también los micrófonos previo al debut mexicano en Copa América y les pidió a todos los que no creyeran en el equipo que simplemente se hicieran a un lado.
Sin embargo, tras salir a la cancha en Houston con ese mismo temple y con la cinta de capitán bien puesta para enfrentar a Jamaica, Edson sufrió un desgarre a los pocos minutos juego que lo ha dejado fuera de la competición. “Lamentablemente mi participación ha llegado a su fin”, dijo.
México se quedó sin su máximo referente emocional y futbolístico en la cancha. Una noticia que golpeó en el ya de por sí ánimo decaído y que provocó que, consciente de lo que representa, Edson anunciara que se quedaría acompañando al equipo durante la competición.
Porque aunque han quedado atrás esas madrugadas de su infancia en las que salía corriendo para cruzar toda la Ciudad de México y llegar a tiempo hasta las instalaciones de América en Coapa, lo que todo ese esfuerzo le dejó sigue siendo parte de su esencia, sin importar si juega o no.
México enfrentará este miércoles en California a la sorprendente Venezuela. Un partido trascendental en lo deportivo, pero también en lo anímico. Allí estará Edson poniendo la cara desde la tribuna. Porque si de algo sabe el hijo de Evaristo y Adriana es que a la adversidad no se le huye, sino que se le enfrenta con valentía y con esperanza de que vendrán tiempos mejores en los que pueda volver a hacer llorar a sus padres de alegría.