Los penaltis, una suerte casi exclusiva del Atleti en Champions, amenazan al Inter
El Arsenal - Oporto rompió una racha sin tandas de penaltis en eliminatorias de Champions League que se prolongaba desde la final de 2016, en San Siro (Milán), entre el Atlético y el Real Madrid, resuelta por Cristiano Ronaldo en favor de los merengues tras el palo de Juanfran, que levantaron su 11ª 'Orejona’ aquel día.
Lo cierto es que esta muchas veces llamada lotería no ha sido tan habitual en la era moderna de la máxima competición continental. Sólo ha habido 17 definiciones mediante esta suerte desde 1996, siendo la de ayer en el Emirates Stadium la última de ellas.
Sin embargo, el Atleti ha sido un sospechoso habitual en estas lides durante la última década, puesto que, antes de la que protagonizaron 'Gunners' y 'Dragones', todas las tandas de penaltis que se dieron en la Liga de Campeones desde el año 2012 contaron con la presencia de los colchoneros.
La del palo de Juanfran en Milán es la más recordada, por motivos obvios, pero en esa misma edición del torneo (2015/16) los chicos del 'Cholo' Simeone superaron los octavos de final tras imponerse 8-7 (0-0 en el global) al PSV Eindhoven desde los 11 metros.
También en la temporada 2014/15 el Atlético de Madrid recurrió a los penaltis para pasar a cuartos. En aquella ocasión su víctima fue el Bayer Leverkusen, eliminado por los de la capital de España en una dramática tanda que concluyó 3-2 (1-1 en el global).
Que tiemble el Inter
El balance final del club madrileño es de 2-1 favorable en las resoluciones desde el punto de pena máxima. Dado que el encuentro contra el Inter de Milán se antoja muy complicado y ajustado, la opción de empatar la contienda en el Metropolitano e ir a los 11 metros ante un público que apretará al máximo podría ser apetecible para los locales.
Simone Inzaghi y sus jugadores seguramente no querrán llegar a esos extremos y tratarán de cerrar el duelo, por lo que podrían dejar huecos atrás. Por tanto, pese a ir por detrás, los rojiblancos deberían contar con ocasiones para igualar el marcador, algo que los transalpinos deberán manejar con cabeza si no quieren que se les escape la clasificación.