Giroud lidera la remontada del Milan ante el PSG y pone el grupo patas arriba (2-1)
Llovían billetes falsos en San Siro antes del inicio del partido. Fueron lanzados por los aficionados rossoneri con la cara del gran ex, Gigi Donnarumma, que la noche del martes defendía la portería del PSG en su antiguo estadio.
Si Donnarumma, recibido con abucheos e insultos nada más pisar el césped, es un recuerdo constante de un "desaire" nunca olvidado, Mbappé es más que un coco. Para la afición, pero también para Pioli, que sabía que se jugaba mucho tras los últimos resultados, mientras la sombra de Ibra se alarga en el club: el regreso del sueco es inminente, como confirmó el mismo ad Furlani en la previa del partido, con un rol aún por definir.
El técnico rossonero decidió jugársela volviendo al tradicional 4-3-3 tras el fracaso del 4-4-2 ante el Udinese y decidió confiar de nuevo en Pulisic por la derecha. En la zaga volvió Theo, mientras que en el medio eligió a Loftus-Cheek antes que a Krunic en el trío con Musah y Reijnders. Luis Enrique, por su parte, cambió poco con respecto al último partido de liga, con Lucas Hernández y Vitinha volviendo a sus puestos. En la delantera estaba el tridente temible de siempre: Dembelé-Kolo Muani-Mbappé.
Ritmo frenético
Los dos equipos arrancaron con fuerza y la primera ocasión fue del AC Milan, con Leao internándose por la izquierda y sirviendo para Loftus-Cheek, que erró su disparo desde una posición inmejorable. El PSG replicó a toda velocidad con Dembelé y Mbappé, pero el disparo del as francés fue flojo y Maignan lo paró sin problemas.
Sin embargo, fue el preludio de un gol: en el minuto 9, tras otra jugada de Dembelé, el Milan se refugió en un córner, y Skriniar colocó el balón en la red. Más allá del daño, la burla para los rossoneri: castigados de iniciopor un ex nerazzurro. En el minuto 12, Leao habilitó a Giroud por la izquierda y el disparo del delantero francés fue bloqueado por Donnarumma antes de ser introducido en la red por el propio portugués.
Después del gol, el París Saint- Germain recuperó el control del juego, mientras que el Milan se tomó un respiro y decidió esperar. Primero Mbappé falló una ocasión fácil ante Maignan, y luego Dembelé estrelló el balón en el larguero con un certero disparo desde fuera del área. Los equipos se estiraron y los rossoneri volvieron a la carga con el paso del tiempo, con sendas ocasiones de Giroud y Leao que se marcharon fuera por poco, antes de regresar a los vestuarios al término de una espléndida primera parte en la que ambos equipos habían jugado a gran ritmo.
El gol del delantero centro
En la segunda parte, los rossoneri siguieron atacando y a los cinco minutos se adelantó el Milan. Tras una confusión en el área y la caída de Leao, el balón llegó a la banda izquierda, donde Theo Hernández centró y encontró a Giroud en el área, que batió a Skiniar y batió de cabeza a Donnarumma. Tras Leao, Giroud también marcó: los hombres más esperados respondieron "presente". Luis Enrique decidió hacer algunos cambios, entre ellos el de Gonçalo Ramos en lugar de un Kolo Muani fuera de juego.
El que estuvo imparable, sin embargo, fue el potente Loftus-Cheek, que hizo daño en el centro del campo parisino cuando avanzó y Skriniar se vio obligado a derribarlo. Donnarumma reaccionó tras la falta y llegó con su gran mano al segundo palo.
En los minutos siguientes, el ex jugador del Inter también corrió el riesgo de terminar el partido prematuramente en varias ocasiones, pero el árbitro lo dejó pasar. El aire de derbi le excitó quizás demasiado. En los minutos finales, Leao abandonó el terreno de juego en medio de una gran ovación, mientras que el recién llegado Okafor se incorporó de inmediato con un disparo preciso, pero Donnarumma llegó hasta allí.
El resultado no cambió. El Milan se impuso al PSG (2-1), logró su primera victoria en el grupo de la Liga de Campeones y, con cinco puntos, se mantiene a uno del segundo, el Borussia Dortmund, manteniendo vivo el discurso de la clasificación. El PSG sigue primero con siete. Pero, sobre todo, con esta victoria Pioli destierra los fantasmas y da una sacudida al Milan, del que ahora se espera que repita en la liga.