Del sueño de una noche de París a la pesadilla de la montaña de Montjuïc (1-4)
Avisó Luis Enrique que saldría a morder el PSG y cumplió lo prometido, embotellando al Barça y obligando a Ter Stegen a buscar en largo a Lewandowski. Eso que tan lejano parece estar del ADN Barça. Pero qué más da, pensaría Xavi, si después de poco más de diez minutos de asedio, sonreía más que el Joker: Lamine Yamal había roto con una pasmosa facilidad a Nuno Mendes para asistir a Raphinha y que este volviera a batir, como en París, a Donnarumma.
Con dos tantos de ventaja en la eliminatoria, todo era felicidad en Can Barça, que rozó el segundo con un disparo cercano de Lewandowski... hasta que Barcola, un verso libre, se escapó de la vigilancia de Kounde, y Araujo, siendo el último hombre, le tocó lo justo para desequilibrarlo. El árbitro no dudó en expulsar al uruguayo, que no se lo creía. Como tampoco Yamal cuando fue el sacrificado para que entrase Iñigo Martínez y volver a una defensa de cuatro.
Los galos recobraron bríos mientras los culés se agazapaban en torno a Ter Stegen para proteger su preciado tesoro. Entonces, de nuevo Barcola puso un centro envenenado al que no llegó de milagro Mbappé, pero sí Dembélé para empatar el partido. El ‘mosquito’, pitado como si fuera el nuevo Figo, se vengó de los abucheos como mejor sabe, marcando el 1-1. Y por un par de centímetros no firmó la remontada justo antes del descanso. Con ese susto en el cuerpo se fueron a vestuarios a preparar el último capítulo de este thriller.
Lo peor estaba por llegar
Tocaba sufrir, y mucho. Aguantar la exigua ventaja con uno menos, encerrados en su área y con el empuje de los parisinos parecía misión imposible. Y vaya que lo fue. Ni diez minutos habían pasado cuando Vitinha se encontró solo en la frontal y probó el disparo. Antes lo había intentado Achraf y lo sacó de milagro Ter Stegen. Pero el tiro del portugués fue imparable y se convirtió en el 1-2. Eliminatoria igualada.
La reacción culé fue para aplaudirla, con un remate al palo de Gündogan. A Xavi se lo llevaban los demonios, en parte por esa oportunidad perdida, en parte por una falta en contra que le hizo desplegar toda su ira. A la calle lo mandó Kovacs sin contemplaciones. Y enseguida, una torpeza de Cancelo provocó un penalti clarísimo sobre Dembélé que transformó Mbappé. Sí, el mismo Kylian, desaparecido jugando de 9, pero que no falló la pena máxima para poner en ventaja al PSG.
El Barça nunca se rinde
Con el 1-3, los de Luis Enrique intentaron enfriar el partido y bajar el ritmo, pero se encontraron con un rival respondón que obligó a Donnarumma a intervenir para evitar el tanto de Lewandowski. Y más que padecieron con las incursiones de Ferran y de Raphinha, con otro tiro del polaco y con un córner directo del brasileño. Si había que morir, que fuera con las botas puestas y luchando hasta el final.
Pero con todo el Barça volcado en ataque buscando forzar la prórroga, en una contra llegó la sentencia, el 1-4, obra de Mbappé tras sendos paradones de Ter Stegen que más no pudo hacer. Duro castigo para un equipo azulgrana que mereció un mejor resultado, pero que se queda fuera de Europa cuando más cerca lo tenía.
Jugador Flashscore del partido: Barcola (PSG).