Los nenes del Barça disparan la ilusión ante el Tottenham (4-2)
La puesta en escena del Barcelona no pudo ser mejor. Tras la presentación de la plantilla, de los parlamentos triunfales de Xavi y del nuevo capitán, Sergi Roberto, y de que los seguidores se asentasen en su nueva casa, el Lluis Companys, en Montjuic, comenzó el partido.
Lo hizo a los dos minutos con el gol de Lewandowski a pase de Raphinha. Una conexión que tendrán que explotar más que nunca con la inminente venta de Dembélé, que no fue invitado a la fiesta del Gamper.
Polaco y brasileño volvieron a conectar poco después, pero el remate de éste acabó en el segundo anfiteatro. Ni que fuera a encender un pebetero en el Olímpic.
El Barça dominaba sin problemas, se recreaba en la posesión, con el prestidigitador Pedri como maestro de ceremonias. El Tottenham, con la defensa muy adelantada, daba muchas facilidades. Hasta el cuarto de hora no se acercaron a Ter Stegen, con un cabezazo de Sánchez que detuvo bien el alemán. Como lo haría también, jugándose el tipo, en un intento de gol olímpico. Qué mejor escenario para ello, ¿verdad?
Doblete de Oliver Skipp
Fueron los avisos de lo que estaba por venir, que no fue otra cosa que un doblete de Skipp. El tanto del empate llegaría tras un remate de Perisic al palo. Skipp, en el segundo palo, se hizo con el rechace para poner el balón en las mallas. Era el minuto 23.
Y aunque Raphinha a punto estuvo de aprovechar una salida a la desesperada de Vicario, fueron los Spurs los que volverían a marcarían tras un centro sensacional de Perisic y un remate aún mejor, pleno de potencia y de fuerza, la que le faltó a De Jong, de Skipp.
Lo quiso emular Romeu al filo del descanso, pero le faltó precisión.
Lo peor del Barça, sin embargo, no fue la debilidad defensiva sino la lesión de Araujo por unas molestias musculares en su pierna derecha. Eso y Gavi, que sigue sin medir sus entradas. No se llevó tarjeta porque era un amistoso...
Debut de Gündogan... y presentación de Yamal
La segunda mitad estaba siendo menos vistosa. Sólo una aproximación peligrosa, otra vez de los ingleses, con un disparo de Pedro Porro que rechazó con fortuna Ter Stegen entre un bosque de piernas. Entonces llegaron los cambios y el debut de Gündogan.
Despertaron los 35.224 espectadores, pero no por el alemán, desdibujado, sino por los buenos minutos de Abde, de Ferran Torres y de Lamine Yamal. Qué crack en ciernes el chaval de 16 años. Él fue quien, con el exterior y en su primera acción, regaló el 2-2 a Ferran, el pichichi del verano.
Era otro Barcelona, con una marcha más, que encerró a los Spurs para acabar remontando en el minuto 90 con un tanto de Ansu Fati después de una finta prodigiosa de Yamal -Reguilón sigue buscando su cintura en el césped- y una buena asistencia de Ferran.
Y aún llegaría un cuarto, obra de Abde a pase de Fermín López, otro de los canteranos tocados con la varita de crack. Una fiesta la suelen cerrar los más jóvenes. En el Gamper, así lo hicieron las futuras estrellas blaugranas.
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