Aaron Rodgers (39) busca el milagro de Navidad con los New York Jets. Los pronósticos más optimistas indicaron hace unos días que el cuatro veces MVP de la NFL podría regresar a la competición el día de Noche Buena contra los Washington Commanders (19.00 horas).

Parecía una locura después de sufrir en la primera jornada, contra los Buffalo Bills, una lesión que tenía cifrada su recuperación aproximadamente entre nueve meses y un año, pero la franquicia neoyorquina ha abierto la puerta al regreso antes de que termine 2023 activando una ventana de práctica de 21 días para el mariscal.

Cabe explicar que ese movimiento no significa que Rodgers vaya a ejercitarse al 100%, sino que es una manera de progresar en su rehabilitación y empezar a realizar repeticiones sin contacto para tener una idea de las sensaciones que tiene.

Así lo aclaró Robert Saleh, el entrenador de los Jets, que, aunque ilusionado, se mostró precavido: "Aaron no hará nada que lo ponga en peligro", aseguró. "La verdadera narrativa es que es de la vieja escuela en el sentido de que está motivado. ¿Hay una motivación para ser el primero en lograrlo? Claro. Está bien. Esa es su razón", agregó.

El propio jugador también quiso calmar las aguas al ser preguntado acerca de la posibilidad de que vuelva para ayudar a Nueva York a pelear por estar en los playoffs: "Creo que el paso es simplemente volver al campo y hacer algunas cosas más reales del fútbol", indicó.