El 12 de septiembre Aaron Rodgers (39) se rompió el tendón de Aquiles en el primer partido de la temporada regular de la NFL 2023. Apenas 45 segundos estuvo el cuatro veces MVP en el campo con su nueva camiseta y las esperanzas de los aficionados de los Jets de disfrutar de un buen año se desvanecieron.

Los pronósticos eran de lo peor: de nueve a 12 meses de baja antes de volver a competir al máximo nivel. Incluso la franquicia neoyorquina confirmó que se perdería lo que restaba de curso, pero parece que, cinco semanas más tarde, la realidad es mucho más esperanzadora.

Según informan desde Estados Unidos, la aceleración en el proceso de recuperación se debería a que el prestigioso Dr. Neal ElAttache empleó la técnica del "puente rápido" durante la cirugía del mariscal, lo que permitiría reducir los plazos en todas las fases de la rehabilitación.

Aún así la cautela es lo más importante. Rodgers expresó su deseo de volver a jugar antes de que finalice la temporada, lo que supondría acortar a la mitad (unos cuatro meses) los tiempos que habitualmente se manejan para curar una lesión de este tipo.

El nuevo referente de los New York Jets, que planeaba recuperarse en California y regresar ante su afición tras el descanso de la Semana 7, sorprendió a todos este mismo fin de semana. Sin muletas, estuvo dando pases de unos 15 metros de distancia durante cinco minutos en el calentamiento del duelo que enfrentaba a su escuadra contra los, hasta ese momento, invictos Philadelphia Eagles.

Aura ganadora

Las buenas sensaciones generadas por la presencia de un Rodgers sano en el MetLife Stadium impulsaron a los chicos de Robert Saleh para terminar con la racha invicta de los todopoderosos Eagles. 

También sin 'Sauce' Gardner, su otra gran estrella, los neoyorquinos supieron encontrar la forma de doblegar a los de Pensilvania por un ajustado 20-14. De ese modo confirmaron su feudo como  un fortín en el que ya han vencido a dos de los mejores conjuntos de la NFL, contando a los Buffalo Bills.