Estocolmazo en el Mundial: los Hispanos se hacen de bronce ante Suecia (36-39)
Jugarse una medalla mundialista frente al anfitrión no es misión sencilla. Por mucho que, en la depresión de los dos por no alcanzar la final, fuesen los locales los que deberían estar más afectados por fallar en casa. Pero si estaban anímicamente tocados no se notó en absoluto en la primera mitad. Al contrario.
El ritmo infernal que los suecos pusieron desde el comienzo del encuentro fue inabordable para los españoles. A esa velocidad lo más probable es descarrilar, pero se encontraron con una defensa horrible de los de Jordi Ribera que les dejaban una autopista para correr transiciones y para meterse de lleno en la meta de Gonzalo Pérez de Vargas.
Aun así, los Hispanos, con ataques muy pensados y buenos lanzamientos lejanos de Cañellas y Fernández, lograron ponerse por delante 4-5 después de un 0-3 de parcial en el minuto 6. Fue un espejismo porque su repliegue era espantoso. Como una tortuga corriendo contra una gacela. Y cuando el ataque enemigo era estático, tiraban del uno contra uno ante la endeblez española.
Así fueron los locales abriendo hueco poco a poco, realizando transiciones supersónicas y esperando que la efectividad ibérica bajase. En cuanto lo hizo, que se veía que iba a pasar porque no había juego de extremos, y comenzaron también las exclusiones, de un 14-13 se pasó a un preocupante 22-18 con el que se llegó al descanso.
El muro de Rodrigo Corrales
Algo había que cambiar, lo que fuera, incluso sacrificar a Gonzalo. Y Jordi Ribera apostó por darle la oportunidad a Rodrigo Corrales en la meta. Su aparición fue oro puro, transformado en un enorme muro inexpugnable y dando alas a sus compañeros. Con varias paradas brillantes, España pudo darle a los nórdicos de su propia medicina, corriendo y anotando. En cinco minutos, ya habían igualado el marcador a 23, y en dos más ganaba 23-25.
Se veía desesperación en los suecos, ya no parecían ni tan grandes ni tan altos ni tan fuertes ni tan rápidos. Los minutos pasaban, se llegó al 45, y los Hispanos dominaban 26-29. Se esperaba una reacción en cualquier momento, pero Álex Duishebaev (7 tantos) y Figueras (9 tantos) se encargó de evitarla tomando la responsabilidad ofensiva para romper las filas enemigas.
A los diez últimos minutos se llegó con un ilusionante 30-33. Y a pesar de la mayor dureza que puso Suecia en defensa, se las apañaron los de Ribera con un genial Ángel Fernández para llegar al minuto 55 con uno más de ventaja, 32-36, y con superioridad numérica. De ahí al final, intercambio de goles que hizo que España se colgase una muy merecida medalla de bronce. Qué grandes son los Hispanos.